Aun mes del anunciado referéndum del 1 de octubre, cualquier análisis sobre la transformación política de estos años en Catalunya nos conduce a observar el cambio producido en su opinión pública, lo que a su vez nos lleva a identificar a periodistas catalanes generadores de influencia, que han seguido a diario este asunto. Destacamos en este reportaje a 17 analistas, respetados o cuestionados según el cristal ideológico con el que se mire, pero con presencia indiscutible. Nombres que de aquí al 1 de octubre jugarán un papel muy relevante en el septiembre políticamente más intenso. No son todos los que están, obviamente, por razones de espacio. Llama la atención en todo caso la brecha de género. Son voces en su gran mayoría masculinas, que superan ampliamente la cincuentena, y que mayoritariamente han construido su reputación en la prensa en papel, aunque también hay gente de la radio y reconvertidos directores de digitales, que por edad conocieron la andadura del pujolismo, el gobierno del Maragall, el nuevo Estatut, y el cambio de paradigma surgido tras su recorte.
una historia por contar El director del diario digital Vilaweb, Vicent Partal cree que ese cambio sociológico se debe en buena parte a la pérdida de influencia de los medios tradicionales. Considera que Catalunya es un ejemplo a nivel mundial de cómo el auge de una comunicación alternativa a los medios tradicionales ha modificado el statu quo. Además, considera clave el “abismo existente entre la opinión pública catalana y la española” que hace que muchos mensajes que se transmiten desde medios con sede en Madrid tengan un impacto muy limitado en Catalunya.
En esta línea, para el profesor de sociología, Salvador Cardús, “una de las cuestiones que habrá que estudiar con mucha atención al final del proceso es cómo la opinión pública catalana ha evolucionado desde 2006 “no solo al margen de los medios con más difusión, sino incluso en su contra”. TV3 -apunta- reúne sólo el 12% de la audiencia, una televisión “escrupulosamente plural”, apostilla. “Sólo la radio está equilibrada entre soberanistas y unionistas”.
La “hipótesis “ de Cardús es que las redes sociales “han conseguido romper las hegemonías dentro de la opinión pública catalana a favor del soberanismo. Muy particularmente, por su capacidad de desdramatizar las amenazas y la estrategia del miedo recurriendo al humor, la ironía y el sarcasmo”. “No menos relevante”, afirma, ha sido la actividad editorial, con “un sin fin de publicaciones de todo tipo y para todos los públicos”. También otorga un papel a la música joven y los grupos de cultura popular como los castellers, y otros canales informales de activismo político fuera de lo publicado en los medios, cuyo desconocimiento “explica los errores de análisis de quienes opinan a distancia”. En su pronóstico, el discurso político durante las próximas semanas “se va a radicalizar en los medios españoles contrarios al referéndum, y “en los medios catalanes, es posible que en algunas cabeceras unionistas se produzca una cierta moderación en sus posiciones, para no quedar descabalgados según acabe todo”.
el foco apuntará a rajoy “Si el referéndum funciona relativamente bien, las reacciones en contra de la “tibieza” del gobierno de Rajoy pueden ser muy duras. Y según las reacciones internacionales, “la necesidad de justificar el nuevo escenario va a provocar grandes ejercicios de funambulismo político, particularmente entre los que anunciaron tantas veces que el independentismo era un suflé a punto de hundirse”.
Otro observador que subraya la “fragmentación de las fuentes de información” es el columnista Jordi Graupera. Considera también que se han perdido miedos y liberado conceptos propios de la anterior generación política, dentro de un movimiento “deliberativo muy fuerte”, donde cree que los analistas han aportado argumentos y hecho de filtro ante una cantidad ingente de información, dando servicio a la necesidad de posicionarse. En ese papel, cree que a veces se ha caído en el “seguidismo” y desde posiciones soberanistas recuerda que no hay que dejar de fiscalizar y exigir a los gobernantes.
Siendo clave en el cambio político catalán las redes sociales, la influencia de los periódicos en papel ha tenido una resonancia impresa ampliada -pero muchas veces contestada- en dichas redes. En La Vanguadia destacan las disecciones de Enric Juliana, interpretando los movimientos del tablero. Otro de los referentes del análisis político en este diario es habitual en tertulias en radio y televisión. Francesc-Marc Álvaro se muestra partidario de un Estado catalán independiente, pero expresa críticas con algunas decisiones estratégicas de los dirigentes políticos del bloque soberanista. Piensa que si no hay un cambio histórico en Madrid, la secesión será efectiva tarde o temprano, aunque añade que necesita un poco más de tiempo para llegar a sectores hoy ajenos a esta idea. El cambio de mentalidad en la parte más activa de la sociedad catalana es -asegura- irreversible.
En el Periódico de Catalunya, medio muy criticado esta semana por su sesgo tras los atentados, sobresalen unos cuantos columnistas, además de su director, Enric Hernández. Uno de los más mediáticos, si no el que más, es Jordi Évole. Entre los menos conocidos fuera de Catalunya, en cambio, encontramos a Toni Aira. Experto en comunicación política, su trabajo en radio, televisión y redes sociales le da una interesante visión de conjunto. Cree que el catalanismo cobró fuerza desde la irrupción de los blogs. Y considera que el hecho de que la mayoría de los medios tradicionales sea no independentista ha generado una paradójica reacción que ha alimentado el soberanismo. Otra clave, según Aira, aunque “a trancas y barrancas” ha sido el mensaje “armónico” del PDCat y ERC, que ha dotado de credibilidad el Procés.
INCERTIDUMBRE “QUE QUEMA” Otro medio impreso es el diario Ara. Antoni Bassas, uno de sus columnistas más reconocidos, pronostica que en escasos días “entraremos en un terreno desconocido de gran incertidumbre”, donde previsiblemente el derecho español desaparecerá o será sustituido por una legalidad catalana, según la óptica con que se mire. En este contexto histórico, cree necesaria la “contención” periodística, entendida como la responsabilidad social de “no insuflar nuevos elementos de tensión”. Asimismo, observa que “los lectores han aprendido a leernos entre líneas, y no necesitan que les digamos que 2 +2 son 4, sino que les proporcionemos los elementos necesarios para que saquen su conclusión”. Entiende que el periodismo “es un punto de vista, pero no una filia ni una fobia, donde uno desde una subjetividad honesta y responsable tiene que pronunciarse”. Y ahí cree que determinadas noticias sobre la alerta que llegó a los Mossos (y al Estado) después de los atentados no tienen que ver con la seguridad, y sí con conseguir desgastar a la Generalitat y el referéndum. Para Bassas “algo que podría sustanciarse a la británica o canadiense se ha convertido en una trinchera”, pero observa que esa “tensión creciente por una incertidumbre que quema” no afecta a la vida diaria, que transcurre con normalidad.
en las ondas Mònica Terribas es un referente del periodismo catalán. Conductora del matinal de la radio pública, explica el esfuerzo de la emisora por intentar explicar las razones de cada parte, y pone como ejemplos la incorporación del ex ministro Margallo en la tertulia, o las invitaciones frustradas a Rajoy, Sáenz de Santamaría o Méndez de Vigo para se expliquen en sus micrófonos. Cree que desde 2010 “se ha perdido la oportunidad de volver a tejer” un entendimiento tras el recorte del Estatut, y que España no ha sabido dar aire al federalismo. Echa en falta una mesa institucional política que se siente a negociar, como en Escocia y Quebec, y constata el contraste entre un Parlament con una mayoría a favor del derecho de autodeterminación y un Congreso en contra. Para Terribas, en un estado autonómico “profundo”, “los grandes medios deberían haber contribuido a tejer lazos”, pero su centralismo ha provocado además de ignorancia entre los unos y los otros, el “drama de que la gente que vive en Catalunya no se sienta representada por dichos medios”, y un tejido social en España que admita fácilmente la receta policial en Catalunya.
UN FREELANCE El fotoperiodista Jordi Borràs, que se ha ganado parte de su reputación en Twitter, muestra su “ilusión” por un panorama que hace solo unos años “se veía a años luz”. Cree que se ha dado una “oportunidad prácticamente única”, por una “constelación” de factores que han dejado al Estado muy débil. Se pregunta cómo se va a impedir el voto el 1-O, y afirma que parte de la sociedad ha visto en el independentismo una solución ante la deriva de un Estado centralista. Borràs entiende que estos últimos días “alguien está intentando meter un torpedo en la línea de flotación de la opinión pública catalana” con una estrategia de intoxicación tras los atentados que califica de “chapucera”. Considera que “el tiro está saliendo por la culata”, y que la “indignación es muy grande en el independentismo”, aunque observa que polarizará más las opiniones y que “cada vez hay menos gente en medio”.