Javier Lasarte, diputado por Álava y valedor de Susana Díaz en Euskadi, se afanaba ayer por comprobar que eran todos los que estaban y que estaban todos los que eran en la comida celebrada ayer en Gasteiz para recibir a la candidata. Entre los 170 comensales, rostros conocidos como los de la exconsejera Pilar Unzalu, el alcalde de Iruña Oca, José Javier Martínez; el que fuera director de la Policía con Zapatero y ahora secretario de Organización de los socialistas alaveses, Víctor García Hidalgo; la exparlamentaria Txaro Sarasúa, el exdelegado del Gobierno Mikel Cabieces, recientemente condenado a un año de prisión por el caso Kutxabank; y exediles vitorianos como José Manuel Bully.

También estaban Natalia Rojo o Maite Berrocal, que ayudaron a Lasarte en el desembarco de Díaz en Euskadi, y la propia Idoia Mendia que, aunque partidaria de Patxi López, se sentó elegantemente a la mesa con la rival del exlehendakari, en su calidad de secretaria general del PSE y por tanto anfitriona de Díaz. Lo mismo hicieron Raúl Arza, secretario general de UGT; o Cristina González, líder del PSE alavés y diputada de Empleo, Comercio, Turismo y de Administración Foral; o el titular de Infraestructuras Viarias y Movilidad, Josu López Ubierna.

Hubo además militantes anónimos, como Maite y Paco, fervorosos susanistas. Si la primera veía “complicado” este turbulento proceso de primarias, el segundo aseguraba que no hay más que “seguir al que gane el día 21, y para el que no quiera seguir las puertas siempre tienen que estar abiertas”. Para Paco, lo importante es “ser coherente con lo que piensas” y no tanto quién gane las primarias.

Junto a ellos, Juan, un joven militante ansioso por escuchar a la candidata, estaba convencido de que “Susana Díaz va a ser nuestra secretaria general, ella es 100% PSOE y por eso va a ser lo mejor para el partido, lo que nos una”.

Al poco aparecía en el comedor del hotel Canciller Ayala la protagonista de la jornada, y ante el atril se presentaba “humilde” por comparecer en “la cuna del socialismo”, un País Vasco donde esta militancia “se entiende como liberad y tolerancia”, un lugar donde incluso defender la bandera del partido les costó “la vida” a muchos afiliados. Eso ya no ocurre, y Díaz quiso agradecer especialmente esa circunstancia a Jesús Eguiguren, “a quien admiro profundamente”, una de las personas que “pusieron primero al país, luego al partido y luego a ellos mismos” en su escala de intereses. El apelado, hasta hace tres años presidente de los socialistas vascos y protagonista directo de los contactos con Arnaldo Otegi mantenidos en la pasada década para lograr el fin del terrorismo, recibía con sobriedad el halago por parte de una aspirante al liderar el PSOE que también reconoció el gesto del PSE vasco y alavés y de UGT al recibirla.