madrid - El Gobierno español solo excarcelará a los presos de ETA con enfermedades graves e incurables si les quedan menos de dos meses de vida. Esa es la respuesta por escrito que ha proporcionado a EH Bildu en el Senado, donde ha dejado claro que no va a relajar la política aplicada a los reclusos, y donde se decanta por un baremo que estrecha hasta la mínima expresión el espectro de presos enfermos que podrían verse beneficiados de una excarcelación. Todos los partidos vascos, salvo el PP, están pidiendo a Mariano Rajoy que tome medidas en relación a los presos con padecimientos graves porque así lo establece la ley, y también por motivos humanitarios. El artículo 80.4 del Código Penal fija que “los jueces y tribunales podrán otorgar la suspensión de cualquier pena impuesta sin sujeción a requisito alguno en el caso de que el penado esté aquejado de una enfermedad muy grave con padecimientos incurables”, pero dentro del margen de discrecionalidad que le puede dar la ley, el Gobierno español concreta este criterio en que su muerte sea inminente.
En una respuesta al senador Jon Iñarritu, cree que la “razonable certeza de fallecimiento del interno” debe situarse en un plazo inferior a los dos meses de vida. Iñarritu había preguntado por una instrucción de Instituciones Penitenciarias de febrero, en la que se fijaba que serían liberados “si su fallecimiento se prevé con razonable certeza a muy corto plazo, o bien si cumplen los requisitos para acceder al tercer grado o la libertad condicional”. En resumen, los presos serían liberados si existe riesgo de muerte, o si reconocen el daño causado y dan pasos para repararlo. El senador pidió concreción, y así se ha hecho público el criterio de los dos meses. El Gobierno español cree que “en el supuesto de penados en los que la enfermedad o la avanzada edad constituya un peligro patente para la vida, bastarían los informes médicos correspondientes y una valoración de la falta de peligrosidad”, además de la autorización judicial, pero precisa que “cabe indicar que existe peligro patente para la vida cuando la razonable certeza de fallecimiento del interno es de un plazo inferior a los dos meses”.
Esta decisión plantea un horizonte poco halagüeño a los 21 presos enfermos que ha contabilizado Sare. Cabe recordar que en las últimas jornadas ha sido puesto en libertad el preso Oier Gómez, cuya esperanza de vida se situaba en medio año, pero la decisión la han tomado instancias francesas. El reto más inmediato que se ha fijado Sare a partir de ahora es excarcelar a José Ramón López de Abetxuko, que cumple condena en Asturias y está aquejado de patologías cardíacas y degenerativas.
uribetxebarria Con esta decisión, Madrid sigue condicionando cualquier movimiento a la disolución de ETA. También sigue pesando en su memoria lo sucedido con el preso Josu Uribetxebarria. Su excarcelación por sufrir un cáncer terminal fue vista como una traición por determinados colectivos de víctimas y los sectores más inflexibles del PP. Se da la circunstancia de que Uribetxebarria vivió más de dos años tras obtener la libertad condicional, lo que desató un debate un tanto macabro sobre lo errado que podría haber estado el diagnóstico. Con esta directriz de Madrid, se reducen las opciones de repetir ese caso. Iñarritu cree que la respuesta de Madrid es una muestra de “sadismo” en la política penitenciaria, y se mostró muy crítico con la posición del Gobierno español.
En Brasil. El pasado viernes fue detenido en Brasil Joseba Vizán, presunto miembro de ETA huido desde hace varios años y cobijado en el país a la espera de lograr el asilo. La detención llegó tras serle denegada la solicitud y tras recibir la comunicación del inicio del procedimiento de extradición. Vizán fue detenido el 18 de enero de 2013 por la Policía de Brasil. Se encontraba huido desde 1991 y se le acusa de haber colocado una bomba lapa en 1988 en el coche de un policía español al que causó graves heridas.