bilbao - Juan José Pujana fue uno de los cuatro representantes que mandó el PNV a la cita celebrada en el hotel de Angelu.
¿Qué recuerdos le evocan las conversaciones de Txiberta?
-Cuarenta años que han pasado como si fuera un suspiro. Se suele decir que ‘una vez visto, todo el mundo listo’, pero entonces nos jugábamos mucho en aquellas conversaciones. ETA vivió en su propia burbuja, estaba constantemente a espaldas de nuestro pueblo y nos podíamos haber ahorrado mucho sufrimiento. Es peligroso creerse el intérprete único de la voluntad popular. Y ahora, cuarenta años después, estamos viviendo los últimos coletazos de esa actuación criminal.
¿Una primera consecuencia de aquel fracaso?
-Hay que pensar en todo lo que se podía haber evitado en estos cuarenta años. Con la amnistía quedaron las cárceles vacías, parecía que la paz podía implantarse de una forma natural y, además, querida, y es una pena ver todo el sufrimiento que hemos tenido que padecer después.
¿Había posibilidad de acuerdo o las conversaciones estaban condenadas al fracaso?
-Eso es prejuzgar las cosas. Allí se dio una toma de pulso de las distintas tendencias que había en el país. Se veía incluso la necesidad de reflexionar sobre una situación nueva que se estaba viviendo tras 40 años de dictadura y que en realidad aquello podía ser una apuesta importante. Aquello no fue ni una broma, ni ningún juego. Allí se podía haber puesto la base de una acción colectiva, cada uno desde su punto de vista, de cara a fortalecer las instituciones autonómicas.
¿El problema era que las elecciones estaban muy próximas y no había tiempo para llegar a acuerdos?
-Puede ser. Las elecciones nunca conllevan una atmósfera ideal para poder tomar acuerdos. Ciertas partes estaban muy radicalizadas en sus posturas e incluso se intentaron boicotear las elecciones de junio, pero no lo lograron porque gran parte de los que apoyaban las tesis de ETA se presentaron a las elecciones y únicamente quedó una minoría que no se presentó.
¿Tuvieron incluso una reunión con Adolfo Suárez, entonces presidente del Gobierno español?
-Efectivamente una delegación nos trasladamos a Madrid y estuvimos con el presidente del Gobierno y él estaba por la amnistía. Lo único que nos hizo ver fue el momento político que se estaba viviendo y el capital político que él tenía en sus manos para ir a una amnistía tal como se pedía. Eso hay que decirlo así. Además quería aprovechar la ocasión para decir que hay un libro que circula por ahí con las supuestas actas de Txiberta, que no tiene absolutamente ninguna autoridad. Aquello pudieron ser apuntes que alguien tomó deslavazadamente. Allí nadie tenía el mandato de levantar actas y nadie tenía que aprobarlas.
Aunque saliera mal, ¿fue un paso?
-Sí, pero fue un paso bastante triste por lo que se ha visto a lo largo de estos cuarenta años.
Por cierto, se dice que la reunión fue en la lavandería del hotel.
-Recuerdo que era un sitio bastante noble. No fue ni en la lavandería ni en una cueva. Fue en la planta baja del hotel.