gasteiz - ¿Quizá la renovación que se anunció en la directiva del partido ha sido algo más profunda de lo que se avanzó en un principio? ¿Qué aportan los nuevos rostros?

-He buscado gente que tiene proyección, en el caso de la secretaria general, de Amaya Fernández, me atrae particularmente el discurso social que hace, que nace de la Margen Izquierda, de su experiencia en Barakaldo, donde ha desarrollado toda su carrera política. Es una persona no demasiado conocida fuera de su ámbito, de Barakaldo, pero tiene muchas dotes, capacidad de liderazgo y una gran capacidad de comunicación. Además es una mujer muy representativa de su generación, la gente se puede identificar con ella. Y el resto de vicesecretarias, básicamente mujeres, responden a esa característica, y eso a mi me resulta atractivo porque veo frescura en el discurso. El PP es el PP, y defiende sus señas de identidad, porque yo no soy partidario de camuflar lo que somos, pero es necesario expresar eso de manera actual, para que llegue a todo el mundo. Ese era el objetivo, y luego hay un objetivo político que es ser útiles, y hay que trasladar además cercanía. A partir de ahí, yo creo que hemos contado con todo el mundo. Los de dentro conocemos bien el partido, hay más banquillo del que parecía, y yo creo que los congresos son la ocasión para hacerlo aflorar. Eso sí, también mantengo de coordinadora a Nerea Llanos porque el trabajo que ha hecho no puede caer en saco roto, no ha sido fácil y quiero que se mantenga ahí. Se trata de buscar un cierto equilibrio, renovar de manera equilibrada.

¿Y ha quedado equilibrada la representación territorial?

-Hay más vizcaínos, pero porque Bizkaia es más grande. Sí hay una cierta perspectiva, los tres territorios somos muy diferentes, con mucho orgullo y personalidad propia, y eso tiene que estar representado, pero a partir de ahí lo que cuenta son las personas y su capacidad.

Ha salido casi con el 95% de los votos. Es un dato que refleja unidad en el partido, pero también da la sensación de que no cabía salirse de la foto.

-Ese resultado se da porque ha habido pluralidad, la gente se ha visto reflejada. Para nosotros era muy importante hacer un congreso de unidad; hemos tenido años convulsos, en los que hemos sido noticia por nuestros líos, y aunque es verdad que aquí hay gente con sensibilidades diferentes, somos capaces de actuar unidos en un proyecto común. Somos necesarios en el País Vasco, y lo es también la corriente que nosotros defendemos y representamos. De ese mundo nos llega la exigencia de no dar espectáculos, era muy importante para nosotros.

¿Ha habido que trabajarse mucho ese 95% en las semanas y meses previos, o en esta ocasión ha sido sencillo?

-Hay que echarle horas, hay que hablar mucho. Todo el mundo ha estado en buena disposición, no era un congreso problemático, sabíamos que iba a salir bien.

En cuanto a la línea política, llevan meses reivindicando la doble vía del liberalismo y el foralismo. ¿Buscan reubicarse en el País Vasco, atraer votantes en otros ámbitos que pudieran ser cercanos en algún aspecto, como el PNV?

-Lo hacemos por anclarnos en la visión histórica de quienes quisieron construir el Estado liberal en España en el siglo XIX, y también en el País Vasco. Había visiones más radicales, una construcción liberal que hacía tabla rasa con cualquier institución anterior, había visiones tradicionalistas... Pero había una gente, los liberales fueristas del País Vasco y Navarra, que entendían que había que incardinar las instituciones propias y tradicionales en el Estado liberal. Un estado liberal no tiene barreras internas, defiende la igualdad ante la ley, y despojadas de todo aquello que pudiera considerarse privilegio, perfectamente podían considerarse esas instituciones la base de esa visión liberal. Esa capacidad de unir una cosa y la otra, de llegar a posiciones de convivencia y concordia, que no tuvo mucha fortuna en el País Vasco durante mucho tiempo, es lo que nosotros queremos reivindicar, aunque los tiempos han cambiado mucho, hay una idea de libertad respetuosa con tus tradiciones, un Estado liberal y abierto, pero sin perder tus señas de identidad.

Esa idea también trata de reivindicar la raigambre de sus ideas en el País Vasco, según dicen ustedes. Defienden que su pensamiento es anterior al nacionalismo y el socialismo en Euskadi.

-En 1841 se hizo la Ley Paccionada que sigue vigente con el Amejoramiento del fuero navarro, la base de la foralidad navarra. Se había suprimido el Reino de Navarra, y era paccionada porque era un pacto entre Navarra y el Estado, para mantener sus instituciones, aquellas que no chocaban con la instauración de un régimen liberal. Hablo de la Ley Paccionada por su carácter bilateral de pacto, ya entonces, y esa ley se aprobó en la regencia de Espartero, eran liberales progresistas, no moderados, y el tipo que la firmó, que era el ministro de Justicia, era José Alonso, mi tatarabuelo. Nosotros nos sentimos muy herederos de esa tradición, de esa manera de ver la vida, entendían que tenían que respetar las instituciones aún siendo progresistas. A mi me resulta cercano por cuestiones familiares, pero creo que sigue siendo una solución vigente frente a posiciones intransigentes de unos y otros. Cuando hemos acertado en Euskadi es cuando hemos ido por ahí, con la Constitución, que reconoce los derechos históricos de los territorios forales, o el Estatuto de Gernika, que han dado décadas de prosperidad y han mejorado la convivencia.

Volviendo al presente, se ha presentado usted al Congreso con el aval de un pacto con el Gobierno Vasco. ¿El apremio a Urkullu para que tomara una decisión tenía que ver con la celebración de este cónclave, para poder venir con un resultado concreto sobre la mesa?

-Para ser sincero, yo trasladé al Gobierno que si vamos a alcanzar un acuerdo es razonable hacerlo antes del día 23, cuando termina el plazo de presentación de enmiendas. Si presento una enmienda a la totalidad muy dura, y un montón de parciales, a ver luego cómo lo arreglamos. Era razonable llegar a ese plazo con un escenario de acuerdo. Es el propio calendario de tramitación el que impone esto, es evidente que si el día 23, el jueves, no hay un acuerdo, tenemos que presentar una enmienda a la totalidad, por eso hemos buscado hacer el trabajo antes, y el Gobierno también quería hacerlo de esa manera. Lo que pasa es que luego todo viene a coincidir, hay acontecimientos que dependen de uno y otros que no, en la vida todos los días hay noticias.

Aseguran que se han ubicado en el centro de la vida política vasca. ¿Cómo van a emplear esa posición a lo largo de la legislatura?

-Hemos hecho política. Yo quiero un modelo de sociedad determinado, quiero que no suban los impuestos, que se apoye a la familia, la libre iniciativa, al emprendedor, que se cuide el gasto para atender las necesidades sociales. Esa es la vieja discusión política, unos lo llaman izquierdas y derechas, y yo creo que esa terminología está algo anticuada, pero es evidente que nuestro modelo es distinto al de Podemos o Bildu. El Gobierno está en una tesitura, tirar hacia la subida del 8% de las ayudas sociales, un aumento de las plantillas públicas, recargos sobre los impuestos, presión sobre las clases medias, autónomos, emprendedores, o tirar hacia el otro lado. ¿Qué es lo útil? Conseguir dar a la política una orientación favorable a lo que tú defiendes y crees que es bueno, eso es hacer política, que los ciudadanos vean que defiendes sus ideas y las puedes enmarcar en un acuerdo con alguien diferente pero que responde al interés general. Eso hemos hecho nosotros, y los demás no, a lo mejor la visión de Urkullu podía coincidir más con la nuestra, y desde el otro lado le hacían exigencias que hacían difícil el pacto. Si hubiéramos elegido no querer saber nada del Presupuesto no tendría ningún sesgo nuestro. El otro día Rivera en el Congreso no aprobó una cosa que llevaba en su programa porque se había enfadado por una cuestión de vanidad o lo que fuere. Eso le perjudica ante sus electores y le hace parecer una persona muy poco seria con el conjunto de los ciudadanos. Yo pretendo no hacer semejantes cosas, si tengo que discutir con el Gobierno y hacer oposición lo haré, pero sin hacer dejación de responsabilidad.

Abogan por ampliar la base social en Euskadi. ¿Cómo piensan hacerlo?

-Primero, consolidando el partido, este paso era importante, decidir de qué manera podemos influir. Tenemos que ser serios cada día, las ocurrencias ingeniosas no valen, tenemos que acreditar que somos gente responsable y que trabajamos de forma seria en el Parlamento, y luego ir a la calle. Ha sido difícil para nosotros, pero ha habido grupos que no existían y supieron ir a la calle, y han sacado sus proyectos adelante. La única manera de actuar es esa.