las mujeres estamos hartas de que se nos utilice con fines partidistas y sin ningún respeto por nuestros derechos de ciudadanía en igualdad. No hay tregua: un alcalde al que la oposición le saca ahora unas declaraciones ofensivas contra las mujeres realizadas en un congreso de educadores católicos, un diputado que nuevamente la lía con manifestaciones aparentemente defensoras de la igualdad... Dos políticos españoles dando la nota. Y es que el alcalde de Alcorcón y el Sr Iglesias han dado muestras evidentes de machismo al servicio de los intereses del sistema patriarcal (justamente lo que consagra la desigualdad y discriminación por razón de sexo).

Que los derechos democráticos de igualdad de mujeres y hombres estén en entredicho no es novedad en un estado en el que cada paso que se da hacia delante (véase derechos reproductivos y sexuales de las mujeres, conciliación, corresponsabilidad?etcétera) corren las fuerzas vivas a empujarnos de nuevo hacia atrás.

En un análisis simplista se le podría echar la culpa de todo al PP (es verdad que tiene mucha, ganada a pulso y demostrada) pero no queda solamente en la derecha. Lo triste es que pretendidos discursos de izquierdas se despachen con despropósitos que demuestran que todavía queda mucho por hacer para lograr la igualdad real.

Al alcalde le han sacado a relucir sus insultos y pobres argumentos contra las mujeres y el feminismo. Lo de siempre, los más viejos tópicos que ligan a las mujeres que reivindicamos nuestros derechos con rabia, enfado, incapacidad. Todo para desacreditar el feminismo que, recordemos, es la única filosofía política que ha reivindicado a lo largo de la historia la igualdad para todos los seres humanos y que ya desde sus primeros momentos se implicó en aquellas causas que lo procuraban, por ejemplo contra la esclavitud.

Por su parte, no han sido mejores los argumentos esgrimidos por el de la casta, y con los que, probablemente sin quererlo, ha reivindicado un estado de cosas nacido directamente de la desigualdad como es la “feminización” que defiende. Alguien debería explicarle que ha dado de lleno en la defensa de los estereotipos de género, que lo que él llama feminizar es sacralizar lo que hoy nos hace desiguales al dejarnos el cuidado a las mujeres en contraposición al de acción y participación pública de los varones. Esos estereotipos que, precisamente, mantienen el estado de cosas de la discriminación y, por lo tanto, todas sus expresiones, desde los pequeños micromachismos que soportamos a diario hasta la más brutal del asesinato por violencia de género.

Se confunde el señor Iglesias al generalizar comportamientos ideológicos de algunas mujeres y atribuírnoslo a todas, se equivoca completamente al cuestionar de facto las medidas de acción positiva en favor de la participación política paritaria de las mujeres. ¿Le explicará alguien que nuestro, todavía deficitario, acceso a los puestos de decisión política impide precisamente que las mujeres participemos en los ámbitos de poder? ¿Le aclarará alguien que poner en femenino el cuidado en la familia y su extrapolación a los servicios sociales mantiene la diferenciación y segregación de las mujeres a unas tareas y no a otras? ¿Le contará alguien que, precisamente por ello, las mujeres seguimos soportando, entre otros, una brecha salarial y un techo de cristal infamantes?