gasteiz - Si la relevancia de un acto se mide por la expectación que genera en los medios de comunicación no cabe duda de que la firma del acuerdo de coalición tiene importancia tanto en Euskadi como en el Estado, a juzgar por el enjambre de cámaras y periodistas que ayer se congregaron ante la mesa, procedente de la casa palacio de la familia del libertador Simón Bolívar y adquirida para la galería de arte de la Cámara vasca, en la que se rubricó el pacto. Ubicada en el segundo piso del antiguo instituto vitoriano, frente a la entreabierta puerta que da acceso al hemiciclo, la vieja mesa tallada representaba la solemnidad que se quiso dar a este prólogo que ayer concluía de la undécima legislatura vasca, y que el sábado arrancará de forma efectiva en Gernika.

Antes del acto, los fotógrafos reflejaron el paseo del lehendakari Urkullu, junto al portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, ambos todavía en funciones, hacia el Parlamento; y los corrillos informales que formaban jeltzales y socialistas.

Después de la firma, y en una sala de prensa llena a rebosar, los responsables de prensa de ambos partidos acabaron por cortar un turno de preguntas que parecía interminable y en el que los profesionales de los medios pugnaban, muchas veces sin éxito, por tomar la palabra y satisfacer su interés por todo tipo de cuestiones relacionadas con el acuerdo. - DNA