madrid - La gestora que dirige Javier Fernández cumplió ayer un mes al frente del PSOE en el que su principal tarea ha sido gestionar el debate político que desembocó en la abstención a la investidura de Mariano Rajoy, sin lograr aplacar la profunda división que arrastra el partido tras la dimisión de Pedro Sánchez. El mandato del Comité Federal de facilitar el gobierno del PP y el que no se permitiera una abstención mínima a los partidarios del no a Rajoy han acrecentado el malestar del sector afín a Sánchez.

A su vez, la decisión de éste de renunciar al escaño para intentar volverse a presentar a la carrera por la secretaría general ha causado enfado en el ahora sector oficialista, por lo que la fractura, lejos de sofocarse, se ha avivado desde el convulso Comité Federal del pasado 1 de octubre en el que la gestora tomó el control del PSOE tras la abrupta marcha de su exlíder.

Además de cómo la gestora ha dirigido el partido en el último mes, los sanchistas están irritados por el hecho de que aún no haya visos de cuándo se celebrará el próximo congreso en el que se tiene que elegir secretario general y una nueva Ejecutiva. “La función que tiene la gestora es preparar el congreso. No está para cronificarse”, se queja uno de los diputados afines al ex secretario general tras recordar que el compromiso de todas las federaciones fue activar la asamblea federal una vez que hubiera gobierno.

Por su parte, la dirección interina alega que hasta ahora no ha habido tiempo de prestar atención al congreso, puesto que era preciso resolver antes el debate de la investidura y gestionar una decisión como la abstención que “ha sido muy difícil”. “Después de la explosión que representó el Comité Federal de hace un mes, era preciso tomar decisiones sobre el desbloqueo del gobierno y una vez que ha pasado eso, nos centraremos en el congreso. Pero éste no se puede hacer en dos días”, reflexiona a Efe uno de los componentes de la ejecutiva provisional.

Más diálogo De los diez integrantes de la gestora, dos son críticos con la postura oficial, el riojano Francisco Ocón y el balear Francesc Antich. Ambos coinciden en que el partido necesita un congreso “cuanto antes” para que hable la militancia, por lo que defienden que se vuelva a reunir el máximo órgano del partido para poner la fecha. “El Comité Federal ya solo debería tomar el acuerdo de convocar congreso y primarias. Pactemos un itinerario. Tranquilicemos y no rompamos más”, recomienda el expresidente de Baleares.

A pesar del cisma en el partido, la mayoría de los vocales valora el trabajo que está haciendo Fernández, si bien creen que aún hace falta más “diálogo interno” para tratar de coser las heridas. La pretensión de la gestora es devolver al partido a la senda de la “serenidad” en las próximas semanas para que contribuya a calmar las aguas después de un mes en el que toda la presión ha recaído en el PSOE. “Todo lo que no sea poner el foco sobre nosotros nos va a venir bien”, opina el vocal.

Relación con el PSC Otra tarea que tiene pendiente la gestora a corto plazo es la de evaluar la relación con el PSC, después de que sus siete diputados desobedecieran al Comité Federal y votaran no a Rajoy. No obstante, las fuentes de la gestora consultadas por Efe aseguran que dicha revisión no se concretará hasta el próximo congreso, aunque antes se debatirá en el Comité Federal.

De forma paralela, la decisión de romper la disciplina de voto por parte de dos integrantes de la dirección del Grupo Socialista en el Congreso, Meritxel Batet -miembro a su vez del PSC- y Sofía Hernanz, está siendo criticada por numerosos dirigentes socialistas que consideran que no deberían formar parte de dicha dirección. Según aseguró ayer Europa Press, muchos dirigentes consideran que deberían abandonar dicho órgano porque ven incompatible permanecer en el mismo y no mantener la disciplina de voto.

Una de las afectadas, la diputada por Baleares Sofía Hernanz, consideró ayer “injusto” que fuese expulsada de la dirección del grupo en la Cámara baja. “La decisión de facilitar con los votos del PSOE la investidura de Rajoy supone un giro político de 180 grados y eso provoca una división, un desgarro interno que lleva a situaciones que causan mucha perplejidad”, valoró. El presidente del PSC, Àngel Ros, advirtió a su vez en Catalunya Ràdio de que el PSOE cometería “un error político importante” si decidiera apartar a los socialistas catalanes de los órganos de dirección del partido. - Efe/E. P.