gasteiz - Cuando acudió a la ronda de contactos con el lehendakari para explorar acuerdos de estabilidad, el PP optó por situarse en la oposición y se consideró a sí mismo como la única alternativa constitucionalista, una posición que le puede servir como altavoz y darle protagonismo político. Ayer dio señales de querer exprimir ese mensaje y fue el responsable de traer al Parlamento un debate que parecía superado: jurar la Constitución española para acceder plenamente a la condición de parlamentario.

Contra todo pronóstico, y antes de acudir al receso de quince minutos, el popular Borja Sémper pidió la palabra para pedir que se cumpla la ley y se acate la Constitución como lo establece la Ley Orgánica del Régimen Electoral General. Sémper se aferró a esa norma estatal, que habla en genérico de las instituciones y de los electos, y dice en su artículo 108.8 que en el momento de tomar posesión “deben jurar o prometer acatamiento a la Constitución, así como cumplimentar los demás requisitos previstos en las leyes o reglamentos respectivos”. El problema radica en que el reglamento del Parlamento Vasco no recoge en absoluto esa obligación y solo fija como requisito la presentación de la declaración de bienes y actividades en el artículo 9 del capítulo III. Cabe recordar que el reglamento ha sido objeto de reforma y que uno de los debates que fueron desterrados fue el de la jura de la Constitución. Nadie había recuperado ese argumento en los últimos años, ni siquiera durante el gobierno del cambio de Patxi López con el respaldo del PP.

Justo después de que tomara la palabra Sémper, arrancó el receso de quince minutos y Juan Luis Uría acudió como una bala hacia el popularcon un gesto que era una mezcla de diversión y desconcierto. El presidente de la Mesa de Edad y su interlocutor gesticularon durante unos instantes, aunque sin crispación. Algunos parlamentarios jeltzales también se acercaron para conocer las motivaciones de la propuesta. La Mesa de Edad, con mayoría de Elkarrekin Podemos y el PNV, rechazó la petición con el argumento de que los servicios jurídicos del legislativo no veían obligatorio ese juramento. Solo la popular Juana Bengoechea dio la razón a su compañero de partido. Los socialistas no tenían representación en ese órgano. De todas formas, Uría, de Podemos, quiso “agradecer la aportación” a Sémper, que volvió a pedir la palabra para responderle que no es cuestión de agradecer o no, sino de cumplir la ley. “Queremos que conste formalmente nuestra disconformidad”, insistió.

otras fórmulas En una intervención posterior ante la prensa, el presidente del partido, Alfonso Alonso, dio a entender que seguirán planteando esa exigencia, aunque no llegó a referirse a un recurso en el Tribunal Constitucional. Los representantes vascos sí se exponen a jurar la Constitución en el Congreso, donde ese trámite ha perdido toda la carga en los últimos años, puesto que algunos diputados hacen una interpretación libre alterando la fórmula y añadiendo la coletilla del juramento “por imperativo legal”.

Tras las elecciones generales, se ha visto que tampoco Podemos es un gran entusiasta de la jura de la Constitución, puesto que sus diputados añadieron la precisión de que prometían acatarla pero para cambiarla, o lanzaron un mensaje de apoyo a “la gente y los pueblos”. Por ello, no es de extrañar que la Mesa de Edad, con tres miembros del partido y del PNV, rechazara la petición de Sémper, aunque la decisión no es arbitraria y tiene sustento en el reglamento.