donostia - El análisis reposado de los resultados electorales en Gipuzkoa confirma la lectura apresurada de la noche del recuento. El 26-J los guipuzcoanos repitieron lo ya dicho el 20-D, no solo en el reparto de escaños sino incluso en el número de votos y en los porcentajes, donde las variaciones fueron de escasa relevancia estadística.

Lecturas políticas al margen, que no pueden ser las mismas que hace seis meses, lo cierto es que la crónica escrita entonces sobre lo ocurrido en Gipuzkoa sirve casi en los mismos términos para desgranar el veredicto de los guipuzcoanos esta vez. La principal diferencia era de partida y fue la concurrencia en alianza de Podemos e Izquierda Unida.

Esta suma ha permitido a Unidos Podemos rebasar la barrera de los 100.000 votos. Si en Gipuzkoa es posible hablar en esos términos, se puede concluir que el de Unidos Podemos es un voto básicamente urbano. La marca morada se ha hecho con el primer puesto en las cuatro urbes más pobladas: la capital, Irun, Errenteria y Eibar. Pero además, es la formación que vence en más localidades mayores de 10.000 habitantes. En total, Unidos Podemos ha sido primera fuerza en 16 municipios y ha conseguido desbancar al PNV en Eskoriatza y Legazpi y a EH Bildu en Ibarra e Irura. Además, ha retenido todas las victorias del 20-D.

En porcentaje de voto, la suma de Podemos e IU ha funcionado, pero no tanto en votos, al retroceder algo más de 6.000 sufragios. Una sexta parte en Irun, donde el resultado de la unidad no tuvo efectos.

A 20.000 votos de Unidos Podemos, se ha situado el PNV, que ha sufrido un ligero retroceso, de 6.000 papeletas pero apenas relevante en cuanto a porcentaje de voto. El PNV sigue la tendencia sólida que viene marcando desde las autonómicas pasadas y confirmadas plenamente en las últimas municipales.

Los jeltzales han sido primera fuerza en 25 localidades, algunas de ellas ya clásicas en su historial como Hondarribia, Elgoibar o Azkoitia, y otras como Zarautz y Tolosa, donde se consolida. La repetición de las elecciones le ha permitido volver a ser primera fuerza en Azpeitia, lo que no lograba desde las municipales de 2011 cuando perdió la alcaldía. Además, vuelve a ganar en Bergara, Getaria, Belauntza, Hernialde y pierde Eskoriatza y Legazpi, en favor de Unidos Podemos, y Alkiza, donde gana EH Bildu. Pese a que estas elecciones no tienen nada que ver con las autonómicas del próximo otoño, en la pugna por liderazgo abertzale en Gipuzkoa, el domingo el PNV abrió más brecha sobre EH Bildu, que se ha quedado a 15.000 votos, 5.000 más que en diciembre.

La mitad de amaiur Como ya quedó reflejado en la edición de ayer, ha sido EH Bildu el principal damnificado en las elecciones del domingo. Los algo más de 69.000 votos (12.000 menos que el 20-D) representan el peor registro de la marca de la izquierda abertzale desde las Generales de 1979, cuando Herri Batasuna sumó 57.800 paleletas. Respecto al resultado de Amaiur (130.055) en las generales de 2011, en plena efervescencia tras declarar ETA el fin de su actividad armada, la caída es de 60.000 votos.

EH Bildu gana en 47 municipios, más de la mitad de los que existen Gipuzkoa, Pero la mayoría son localidades muy pequeñas. La coalición indepentista ha perdido punch en las zonas más pobladas y las únicas localidades de peso en las que sigue mandando son Hernani. Oñati y Oiartzun. Además, en feudos históricos como Arrasate o la propia Hernani sufre retrocesos apreciables.

Pese a conservar su escaño y no sufrir nuevos daños por el efecto Podemos, el PSE no puede sentirse satisfecho de sus resultados, sobre todo analizándolos desde un plano histórico. En esta ocasión no ha ganado en ninguna localidad, al perder Zumarraga a manos de Unidos Podemos. Y su porcentaje de voto se ancla en el 14,0%, muy alejados de lo que ha sido su serie histórica.