Como dice el refranero popular, vaya dos patas para un banco. Miguel Bernad y Luis Pineda, Luis Pineda y Miguel Bernad. Manos Limpias y Ausbanc, dos asociaciones cuyos máximos dirigentes se presentaban como adalides de las causas perdidas cual Robin Hood del siglo XXI. “Allí donde existe un delito, debe haber alguien capaz de denunciarlo”. Este era el lema de presentación de la página web del pseudosindicato Manos Limpias. Ausbanc, por su parte, inició su andadura en 1986 y en los folletos que entonces repartía Luis Pineda se podía leer: “Frente al abandono de la Administración y la prepotencia de la banca, nace Ausbanc”.
Hoy, Miguel Bernad y Luis Pineda se encuentran en prisión. El juez Santiago Pedraz acusa a ambos de chantajear a bancos a cambio de no realizar publicidad negativa sobre ellos. También se han personado como acusación popular en varios casos mediáticos como Nóos o los ERE de Andalucía. En el caso que hace referencia a la hermana del rey español, pidieron a sus abogados tres millones de euros para retirar la acusación. Según el magistrado de la Audiencia Nacional, Bernad y Pineda, junto a otras 14 personas imputadas, formaban una organización criminal dirigida por el segundo, que usaba la cobertura de presidir una asociación en defensa de los consumidores frente a los bancos, cuando en realidad coaccionaría a estas entidades a cambio de dinero.
extrema derecha Miguel Bernad y Luis Pineda tienen también un pasado común, la pertenencia de ambos a grupos de la extrema derecha. Miguel Bernad, natural de Bilbao, donde nació en 1942, es licenciado en Derecho y comenzó su carrera de letrado en el Ayuntamiento de Madrid como asesor del distrito Centro. Desde allí planificó su salto a la política de la mano de Blas Piñar, llegando a ser secretario general del Frente Nacional, el partido impulsado por el veterano político franquista. Pese a la derrota de la formación liderada por Piñar, Bernad no se desanimó y fundó Derecha Española, con la que, con muy poca fortuna, se presentó a las elecciones municipales de 1995.
Fue en ese mismo año cuando fundó Manos Limpias, inspirándose en el movimiento italiano del mismo nombre promovido por el fiscal Antonio Di Pietro. Según ha explicado el propio Bernad en varias ocasiones, se trata de un sindicato de funcionarios con 6.000 afiliados, de los que un 30% paga una cuota anual de 120 euros. Bernad ha insistido en numerosas ocasiones en que no reciben subvenciones públicas y por ello ha emprendido más de una campaña para recaudar fondos entre sus simpatizantes.
Según se podía leer en la página web de Manos Limpias, “somos un sindicato de ámbito nacional, independiente, no hipotecado por nada ni por nadie, y que tiene como objetivo la defensa de los intereses legítimos y legales de sus afiliados”.
Militante activo contra el aborto y partidario de la pena de muerte, en la página web de Manos Limpias se puede leer, sin embargo, “tratamos de hacer cumplir los valores superiores de la Constitución: libertad, igualdad, justicia y pluralismo político”.
Más rocambolesco es el recorrido vital de Luis Pineda, presidente de Ausbanc. Nacido en Málaga en 1962, de joven fue acusado por el asalto a la casa de una marquesa en Madrid en 1980, a la que atracó de forma violenta en compañía de otros tres individuos. Desde muy joven se integró en Fuerza Nueva y actuó contra manifestaciones izquierdistas. En 1982 le aplicaron la ley antiterrorista por orquestar un ataque con cócteles molotov con motivo del primer aniversario del golpe de Estado del 23-F protagonizado por Tejero.
Tras su andadura en los grupos de la extrema derecha, Luis Pineda cursó la carrera de Derecho en la Universidad CEU Luis Vives y en 1986 fundó Ausbanc. El capital social con el que inició esta organización fue de 100.000 pesetas y, según ha explicado en varias ocasiones, durante los primeros 12 años no cobró ningún dinero a través de esta asociación. Su principal modo de sustento provenía del bufete que montó en 1987: Despacho Jurídico Pineda.
Su primer gran pelotazo tuvo como protagonista a otro ilustre presidiario en la actualidad: Mario Conde. En marzo de 1994, y después de que Conde estuviera ya apartado de la dirección de Banesto, propuso a la Junta de Accionistas de la entidad bancaria llevar a juicio a su anterior presidente. Pineda, a través de Ausbanc, ejerció la acusación popular contra Mario Conde. A partir de ese momento comenzó a aparecer en los medios junto a grandes banqueros como el presidente del Santander, el ya fallecido Emilio Botín.
Según barajan fuentes de la investigación, su primera gran víctima fue precisamente Botín. Ausbanc emprendió una causa contra el presidente del Banco Santander por el escándalo de las cesiones de crédito. Sin embargo, meses después se retiró de la causa. El Santander siempre negó que hubiera pagado a Pineda, a pesar de que la revista de Ausbanc pasara de los ataques a los elogios al banquero cántabro. Quien sí le acusó directamente con pelos y señales fue Javier López, presidente de Credit Services, quien aportó grabaciones de conversaciones en las que Pineda le amenazaba: “O me das 300.000 euros o te hundo”. Ausbanc también ejerció la acusación popular en el caso de Fórum Filatélico. Sin embargo, la Audiencia Nacional le apartó del sumario al considerar que había cobrado una importante suma de esta entidad.
Con el paso del tiempo, Luis Pineda cuenta hasta con más de diez sociedades, desde inmobiliarias a agencias de viajes, aunque la joya de la corona sigue siendo Ausbanc. Además, mantiene una relación fluida con políticos, empresarios y periodistas. Buena prueba de ello es que la víspera de ser detenido estuvo en la Feria de Abril de Sevilla, donde compartió caseta con la presidenta de la Junta, Susana Díaz. Fue nada más salir del AVE procedente de la capital andaluza cuando fue detenido por agentes policiales. La vida de Bernad y Pineda se cruzó cuando ambos intervinieron en el caso Blesa, la acusación contra el expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa.
organización criminal Ahora, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz los acusa ambos de la comisión de delitos de extorsión y amenazas. El magistrado sospecha que Pineda aprovechó la “cobertura” de la defensa de los consumidores para “coaccionar” a entidades bancarias, alcanzar “acuerdos económicos enmascarados” en contratos publicitarios y conseguir un beneficio “personal” utilizando en su provecho a Manos Limpias.
Sin duda alguna, el caso más mediático hace referencia a la infanta Cristina. Manos Limpias ha ejercido la acusación popular contra la hermana del rey español, lo que la ha llevado al banquillo. Según la investigación del juez, Pineda pidió a los abogados de la infanta tres millones de euros para retirar la acusación, aunque según declaró Bernad, fueron los letrados de Cristina de Borbón quienes les ofrecieron dinero para apartarse de la acusación popular.
Lo que sí aseguró el presidente de Manos Limpias ante el magistrado es que él también se sintió engañado y manipulado por Pineda.