madrid - La repetición de las elecciones generales no comportará grandes cambios ni en las listas de candidatos ni en los programas electorales. A juzgar por los sondeos tampoco modificará sustancialmente los resultados electorales y la correlación aritmética de fuerzas. Lo que sí es palpable es que los cuatro grandes partidos españoles no han cambiado los discursos y las actitudes que han mantenido durante los cuatro meses desde el pasado 20 de diciembre y siguen enrocados en subrayar las líneas rojas y los vetos cruzados que han hecho naufragar cualquier posibilidad de acuerdo para una investidura y evitar la repetición de los comicios. Vuelven a salir a la palestra los mantras del referéndum catalán, del gobierno de coalición, del empecinamiento socialista de ligar su futuro al de Ciudadanos... Y junto a eso la pugna por el relato. El relato de quién ha tenido la culpa de no haber materializado un acuerdo para la investidura.

En esos parámetros se desarrolló también el último Pleno del Congreso de los Diputados ayer por la tarde, en el que los partidos se echaron en cara el fracaso de las negociaciones para conformar un gobierno. So pretexto de que las iniciativas que se debatían en el hemiciclo decaerán el próximo martes día 2 cuando el rey firme el decreto de disolución de las Cortes y convoque las elecciones, la mayoría de los portavoces no quiso perder la oportunidad de subir a la tribuna para repartir responsabilidades del fin de la legislatura.

El PP empleó términos muy duros para restregar al PSOE su alianza con Ciudadanos y su rechazo a la gran coalición propugnada por Mariano Rajoy. Achacó a Pedro Sánchez haber antepuesto los intereses del país a los políticos apostando por coaliciones “frankenstein” para sacar a los populares de las instituciones. El presidente del Gobierno español en funciones fue inmisericorde con Sánchez, a pesar de que el líder socialista renococió por la mañana que se equivocó al llamarle “indecente” en el cara a cara televisivo durante la campaña electoral del 20-D. Rajoy no se dejó llevar por la sensiblería y respondió al acto de contrición con una acusación implacable y le calificó como “sectario de colosales proporciones” por su pacto con Ciudadanos y su rechazo a dialogar con el PP.

La precampaña está lanzada y los partidos ni siquiera aguardan a que el rey Felipe VI lo oficialice el próximo martes, fecha en la que expira la legislatura. Rajoy reunión ayer en un mitin en Alicante a los portavoces parlamentarios de su partido y prometió una campaña alejada del “espectáculo y de la farsa”.

También dirigió sus reproches hacia Ciudadanos, su supuesto aliado natural pero que le dio la espalda al sellar la alianza con el PSOE. Rajoy dijo que confía en recuperar el voto que la formación liderada por Albert Rivera les arrebató el pasado 20 de diciembre y lanzó una afirmación cargada de desprecio. “Por fortuna, estos cuatro meses han servido para que los españoles les conozcan más. Ciudadanos intentó hacer presidente al secretario general del PSOE asumiendo su programa electoral”, apostilló. También tuvo un recado para Podemos: “Pretendió hacer una coalición de izquierdas que liquidaba la soberanía nacional al aceptar el referéndum” y los socialistas intentaron “una coalición con todos los que pudieran sumarse al espectáculo de una reunión a 18”.

También en modo electoral Sánchez reunió a los diputados y senadores socialistas en el Congreso y les pidió que “no hablen de culpas” sino de futuro, aunque a renglón seguido responsabilizó de nuevo al líder de Podemos, Pablo Iglesias, de bloquear el gobierno del cambio. “Aquellos que se alzaron al grito de no nos representan han acabado representando aquello por lo que fueron elegidos, es decir, el cambio”, denunció. No tardó en la réplica el número dos de la formación morada, Iñigo Errejón, que reconoció que tiene la sensación de que el PSOE le ha marcado como “el enemigo a batir y de ahí viene el nerviosismo” de Pedro Sánchez por culparle personalmente del fracaso de la investidura. El secretario general de los socialistas es, salvo sorpresa, el único aspirante que se presentará al proceso de primarias para elegir candidato que se celebrará en tan solo dos semanas debido a los ajustados plazos que fija el calendario.

secretos oficiales Por lo demás, el último Pleno del Congreso de los Diputados de la XI legislatura pasó sin pena ni gloria. La Cámara apoyó a propuesta del PNV la reforma de la Ley de Secretos Oficiales de 1968 para permitir levantar el secreto de los documentos clasificados en un plazo de 25 años y de diez en caso de materias reservadas. Aunque la propuesta jeltzale tuvo el visto bueno del Congreso, decaerá como el resto de las aprobadas en esta breve legislatura al tener que repetirse las elecciones el próximo 26 de junio.

2 de mayo. El próximo lunes se disuelven las Cortes y se termina la XI legislatura, la más breve de la democracia española.

3 de mayo. El rey firma el decreto por el que se convocan nuevas elecciones.

13 de mayo. Fecha límite para la presentación de coaliciones electorales. Para ese día Podemos e IU deberán tener resuelto si concurren juntos o por separado.

23 de mayo. Se presentarán las listas electorales.

10 de junio. Arranque de la campaña electoral.

26 de junio. Elecciones.

20 de julio. Fecha límite para la constitución del nuevo Congreso y del Senado.