MADRID - Tras meses de guerra abierta y puentes quebrados por el proceso de independencia, Mariano Rajoy y Carles Puigdemont han logrado al menos abrir una vía para ver si es posible encauzar varias propuestas sectoriales presentadas por el mandatario catalán. Ese dato encierra cierta relevancia en sí mismo, ya que no se habían reunido nunca y, lo que es más significativo aún, Rajoy llevaba sin entrevistarse con un president catalán desde que hablara con Artur Mas en julio de 2014. Han pasado casi dos años. Sin embargo, las expectativas no son demasiado elevadas. Siguen chocando en la celebración de una consulta independentista, Puigdemont habló de “profundas discrepancias”, y no se movió un milímetro del plan soberanista, que pretende “llevar hasta el final”, aunque ayer presentara otras propuestas referidas a cuestiones más cotidianas para intentar arañar algún acuerdo y no irse con las manos vacías. No obstante, no pudo rascar nada y la reunión se saldó sin ningún compromiso concreto más allá de abrir una dinámica de reuniones entre los vicepresidentes. Además, Rajoy se encuentra ya en funciones y es muy probable que las elecciones generales se repitan el 26 de junio.
Rajoy y Puigdemont se reunieron durante dos horas y cuarto en La Moncloa, y resultó patente la intención de proyectar una imagen de deshielo y más cordial. Sonrieron ante los fotógrafos y Rajoy le regaló una edición de El Quijote. Cabe recordar que Rajoy era el único líder de los partidos estatales que no se había citado aún con el president, que ha recibido en las últimas jornadas a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Recientemente, sí ha habido contactos entre los responsables económicos de ambos gobiernos para evitar el colapso financiero catalán.
El president le trasladó un documento con 46 propuestas, encabezadas por el referéndum, la petición de relajar la meta de déficit del 0,3% al 1,07%, inversiones, un cambio de financiación, y una batería de invasiones competenciales a las que poner fin, como el recurso contra la conselleria de Exteriores. Propuso una cita entre los vicepresidentes Oriol Junqueras y Soraya Sáenz de Santamaría para negociar las medidas y, según dijo, Rajoy aceptó. En la hoja de ruta independentista, no obstante, se topó con un muro. “Unidad, soberanía nacional y cumplimiento de la ley. Cataluña es España”, sentenció Rajoy en su comparecencia ante la prensa. Avisó de que no hay margen para dialogar al margen de la ley, pero anunció colaboración en otras materias, como la acogida de refugiados. Sobre los 46 puntos, Puigdemont se mostró poco optimista pero vio voluntad.