El regreso de Arnaldo Otegi a la primera línea de la política, en una comparecencia celebrada ayer en Bilbao, minutos después de ser propuesto a lehendakari por los dirigentes de EH Bildu, supuso un retorno a los postulados tradicionales de la izquierda abertzale. Concluido el periodo de descanso que se tomó tras salir de la cárcel de Logroño el pasado 1 de marzo, Otegi fue explícito al mostrarse partidario de abrir en Euskadi “un proceso unilateral independentista similar al que se ha puesto en marcha en Catalunya”.
Esta frase supone una rectificación de lo afirmado por el parlamentario de EH Bildu Pello Urizar hace un mes, cuando, a raíz de una reunión celebrada entre la izquierda abertzale y el PNV para despejar el terreno a la ponencia de autogobierno, abogó por aparcar la vía unilateral y explorar un nuevo estatus con el Estado. Un resquicio al entendimiento con los jeltzales, e incluso con Podemos, que quedó roto con la declaración de Otegi de que “este país necesita recorrer el camino de la soberanía; no nos queda otra alternativa”.
Se trata de uno de los tres compromisos por los que abogó el secretario general de Sortu, junto con el “rescate social” con políticas que satisfagan a los trabajadores y el cierre de “las consecuencias del conflicto, como los presos y refugiados”. Así, sobre el independentismo aseveró que es necesario “tener los resortes y la capacidad de decisión en el país para abordar políticas de todo tipo”. “Existen razones fundadas para pensar que la democratización del Estado, en términos de reconocer la existencia de naciones con derecho a decidir, es hartamente improbable. No es el camino que uno elija, sino el que a uno le dejan”, lamentó Otegi.
En esta línea, expresó sus dudas respecto a que el PSOE pueda ser “una fuerza del cambio” si consigue acceder a La Moncloa en sustitución de Mariano Rajoy. “Este país lleva 40 años en un régimen democrático, entre comillas, en el que la alternancia PP-PSOE ha sido permanente”, dijo. Agregó que “el PSOE es el que nos metió en la cárcel. Nos ha mantenido siete años en la cárcel por hacer una apuesta por la paz que conllevaba la desaparición de la lucha armada de ETA”, y se preguntó: “¿Qué se puede esperar de un cambio de Gobierno en el Estado español?”.
“¿Existe la posibilidad real de que haya en el Estado español una segunda transición de verdad, que plantee la ruptura democrática?”, prosiguió: “Ya sé que el término ruptura no está ahora de moda y hay que poner la ruptura entre algodones”. Arnaldo Otegi señaló que “no va a existir la ruptura democrática con el régimen anterior, que reconozca el carácter plurinacional del Estado español y el derecho de autodeterminación de sus naciones”. “Yo no lo creo. Es más, la previsión que hago es que, probablemente, más que una evolución haya una regresión en el Estado. Y si me equivoco, lo reconoceré”, dijo.
A su juicio, el Estado “no va a ir en la dirección de reconocer la plurinacionalidad y el derecho a decidir, sino todo lo contrario, y ese análisis” tiene que llevar a decidir “qué hace este país” ante este escenario. Aquí se enmarca la apuesta por la vía unilateral hacia la independencia que hizo ayer, una senda que será previsiblemente refrendada por las bases de la izquierda aber-tzale en el proceso interno Abian en el que está embarcada.
Inhabilitación Arnaldo Otegi reapareció ayer en la política vasca tras el mes de descanso que se tomó después de cumplir su condena de seis años y medio impuesta por tratar de reconstruir Batasuna bajo las órdenes de ETA. Tras reunirse con los responsables de EH Bildu, que le propusieron como candidato a lehendakari, aseguró que será “el lehendakari más peligroso para los intereses del Estado”, ya que, a su juicio, los poderes estatales harán “lo posible” para evitar que pueda aspirar a la Lehendakaritza. Sobre él pesa una inhabilitación para ejercer un cargo público impuesta por los tribunales de justicia.