madrid - El ataque de celos no se ha hecho esperar por parte de Ciudadanos tras el anuncio de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se reunirán el próximo miércoles. La formación liderada por Albert Rivera advirtió ayer al secretario general del PSOE de que romperá el acuerdo de investidura suscrito entre ambas formaciones el pasado 24 de febrero si negocia con Podemos. A medida que se agota el plazo para evitar nuevas elecciones aumentan los recelos, especialmente por parte del partido emergente, mientras que los socialistas siguen buscando la fórmula para ensanchar los apoyos sin soliviantar a sus socios momentáneos.
La vigilancia de Ciudadanos sobre los socialistas es muy estrecha y, previsiblemente, dará para más capítulos en las cinco semanas largas que restan para el cierre del plazo fijado para la segunda tentativa de la investidura allá por el 2 de mayo. El vicesecretario general de la formación naranja, José Manuel Villegas, mandó ayer un claro recado a Sánchez y le recordó el estrecho margen que tiene su conversación con Iglesias si quiere mantener vivo el acuerdo entre ambos partidos. El número dos de C’s le advirtió de que darán por roto el pacto si acuerda cualquier cosa con Podemos que no sea la abstención a la investidura de Sánchez, lo que dejaría al líder socialista muy cerca de la mayoría simple que necesitaría en la segunda votación para ser envestido.
La reunión entre Sánchez e Iglesias es vista con muchos recelos por Ciudadanos ya que los dos partidos tienen el compromiso de que ambos acudirán a cualquier reunión con un tercero en la que se pueda negociar el acuerdo para ampliarlo o mejorarlo. No hacerlo así será entendido como una traición por el partido de Albert Rivera, por lo que Villegas recomendó ayer que las reuniones con Podemos o con otros no deberían de ser entre líderes sino “de equipos de trabajo que hablaran sobre propuestas, y no reuniones de líderes que hablen sobre sillas, vicepresidencias o ministerios”. En el mismo sentido, Albert Rivera manifestó a la agencia Efe que cree que en la reunión entre Sánchez e Iglesias se debería tratar el “¿para qué?” de un pacto, y afeó a Podemos que para ellos el debate de fondo sea el de “las sillas y el de ¿quién tiene el poder?”.
Ciudadanos se mantiene en guardia ante los movimientos de Sánchez hacia la izquierda ya que considera que “hay un riesgo aritmético” de que el PSOE deje de lado el pacto firmado con Rivera y acabe buscando un acuerdo con Podemos, Izquierda Unida y Compromís, que precisaría, además, de la abstención de los partidos nacionalistas vascos y catalanes. En una entrevista a Europa Press, Villegas resumió el sentimiento de su partido ante esa posibilidad señalando que “un gobierno en el que el señor Iglesias sea vicepresidente, el señor Monedero sea el ministro de Economía y Arnaldo Otegi sea el ministro del Interior está fuera de cualquier posibilidad de que sea apoyado por Ciudadanos”.
La preocupación de Rivera y los suyos no es solo por la cita del miércoles sino porque, además, en la conversación telefónica que ambos mantuvieron el pasado miércoles para cerrar la reunión, Sánchez e Iglesias coincidieron en la “urgencia” de un gobierno alternativo al de Mariano Rajoy y en la creación de un “Gobierno de cambio y estable”. Así lo expresaron en el comunicado conjunto publicado tras la llamada telefónica.
Además, ayer, el jefe del equipo negociador del PSOE, Antonio Hernando, dejó abierta la puerta a modificar el acuerdo firmado con Ciudadanos. “Hay una base de acuerdo que está vigente, pero que también está abierto. Queremos abrirlo a otros partidos y poder dialogar con Podemos de ampliarlo, de mejorarlo, y cuanto antes, mejor”, subrayó.
Poco después de las manifestaciones de Villegas salió a escena el secretario de Organización del PSOE, César Luena, para tranquilizar a sus socios. Tras reiterar que el acuerdo con Ciudadanos es “un buen punto de partida”, el número dos de los socialistas defendió su derecho a, pese al acuerdo, mantener conversaciones con Pablo Iglesias e incluso “ampliar” ese acuerdo con la incorporación de Podemos y sus confluencias, lo cual parece incompatible con los postulados de Ciudadanos sobre este particular. “La actitud de todos tiene que ser de responsabilidad y generosidad, sumar cediendo”, reclamó Luena.
vetos cruzados La idea de Sánchez pasa por mantener en el pacto a Ciudadanos y sumar, aunque sea con su abstención, a Podemos y sus confluencias. Ello obliga a que Podemos y C’s levanten “los vetos” cruzados que les hace incompatibles en una misma propuesta de candidato a presidente del Gobierno español.
En este sentido, su reproche es mayor hacia Podemos, formación a la que le pide que rebaje el tono expresado en el primer debate de investidura en el que Iglesias espetó a los socialistas que “Felipe González tiene el pasado manchado de cal viva”, en referencia a los GAL y el secuestro, tortura y asesinato de Joxan Lasa y Josi Zabala -cosa que ya lo ha hecho-, así como sus reclamaciones en la negociación en la que pide un gobierno de coalición en el que él sería vicepresidente y su partido detentaría varios ministerios. “Ese reparto de ministros es competencia del presidente porque en España el Gobierno no se comparte, lo reparte el presidente del Gobierno”, precisó Luena.