La tregua que había firmado la víspera el líder socialista Pedro Sánchez con sus barones territoriales con el fin de evitar una ruptura del PSOE se mantuvo a medias en la reunión del Comité Federal celebrado ayer en la sede de la calle Ferraz. Sánchez transigió en las línea rojas a marcar en las negociaciones con Podemos con el fin de alcanzar un acuerdo para un “gobierno de cambio” alternativo a Mariano Rajoy, pero en el seno del PSOE hay una dura pugna por el liderato del partido, una lucha que se escenificó en la fecha de celebración del Congreso Ordinario del partido en el que se deber elegir a la dirección.

Mientras Sánchez pretende que el congreso se posponga a la primavera de 2016, la líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, considera que debe celebrase “cuando toca”, esto es, a finales de febrero. La cuestión no es baladí, puesto que Sánchez, que ya anunció la pasada semana su intención de presentarse a la reelección como secretario general, quiere ganar tiempo para, si se dan las condiciones, llegar a esta cita no solo como secretario general del PSOE, sino como presidente del Gobierno español. Por contra, Susana Díaz, su principal rival en la pelea interna por el liderazgo del partido, sabe que es probable que a finales de febrero no se haya despejado aún la formación del nuevo Ejecutivo, con lo que aumentarían sus opciones de desplazar a Sánchez al frente del PSOE.

De momento, el Comité Federal dejó en suspenso la decisión de cuándo se celebrará este congreso y según afirmaron fuentes socialistas, la fecha se podría concretar en otra reunión del máximo órgano de decisión que tendría lugar el próximo 9 de enero.

despejar el panorama Pedro Sánchez, con el apoyo de Madrid, Baleares y Catalunya, no considera oportuno la celebración del cónclave interno del PSOE hasta que no se despeje el panorama político y no se aclare quién va a ser el inquilino de La Moncloa durante los próximos cuatros años o si al final, la falta de acuerdos, en un sentido y otro, aboca a repetir los comicios generales, lo que llevaría el congreso a la primavera de 2016. En el lado opuesto de la balanza, Susana Díaz, junto a los presidentes de Castilla La Mancha y Valencia, Emiliano García-Page y Ximo Puig, respectivamente, defienden que el congreso debe celebrarse “en la fecha que toca”, esto es, a finales de febrero.

Aunque en la reunión del Comité Federal, celebrada a puerta cerrada, Susana Díaz no abordó esta cuestión, a su llegada a la sede de Ferraz, la dirigente andaluza dejó clara su postura al afirmar que es partidaria de que el congreso “se celebre cuando toque”, y siempre de acuerdo con los estatutos del partido. En parecidos términos se expresó el líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, quien además de abogar por la celebración del congreso en las fechas ya determinadas, insistió en la necesidad de “dar la palabra a las bases”. En esta postura, la de mantener la fecha del congreso, se alineó también el dirigente socialista de Asturias, Javier Fernández, quien, además, y a tenor de su experiencia en Asturias, se mostró muy crítico con la postura de llegar a acuerdos con Podemos.

A este grupo de barones no se unió, sin embargo, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien expresó “sus dudas” sobre cuándo es el mejor momento para celebrar este congreso. Fernández Vara aseguró a su llegada a la reunión del Comité Federal que quizá sea “muy precipitado” celebrar el congreso en febrero y abogó por buscar un acuerdo intermedio entre ambas posiciones.

Apoyo a Sánchez En esta pugna interna, el secretario general del PSOE cuenta con el apoyo explícito de Madrid, Baleares y Catalunya. Sara Hernández, secretaria general del PSOE en Madrid, expresó su total apoyo al calendario propuesto por Pedro Sánchez, al tiempo que aseguró que “de ningún modo” está en cuestión el liderazgo del secretario general de los socialistas.

Otro apoyo explícito a las tesis de Pedro Sánchez llegó desde Baleares. La presidenta balear, Francina Armengol, aseguró que para ella no está en cuestión el liderazgo de Sánchez ya que “el problema en este momento es España”. Por ello, la dirigente de los socialistas baleares abogó por retrasar la celebración del congreso. “Lo primero es lo primero y los procesos internos del partido se tienen que aplazar hasta que hayamos resulto los de España”, afirmó. Miquel Iceta, primer secretario de los socialistas catalanes, también se mostró partidario de aplazar el congreso del PSOE.