madrid - Bien entrada la madrugada del martes, y excepto en el discurso de recibimiento que Ferraz tenía preparado, contrincantes, analistas, espectadores y tuiteros coincidían en que el debate que reunió a tres candidatos y la muleta del presidente ausente sirvió para encumbrar las posibilidades de Pablo Iglesias. Pero aún más unánime era la sensación de proclamar al gran derrotado. “Más allá del cuello de la camisa bien planchada, no hay nada”, llegó a decir uno de ellos sobre Pedro Sánchez, que se comportó como si la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que abofeteaba al PSOE fuera ya una losa imposible de levantar. La resaca posterior no hizo sino desahuciar al secretario general del socialismo español, a quien sus oponentes vaticinaron la esquela política para la noche del 20-D. Si no antes, como aseveró el líder de Podemos.

Desanimada su hinchada, a Sánchez no le ha quedado otra que recurrir al nervio, a enardecer a la masa subiendo el decibelio justo cuando la campaña tiene tintes de enfangarse. “¡Sacad la raza que tenéis dentro y que no os den lecciones!”, proclamó ayer el socialista en la plaza del Callao, en el corazón de Madrid. A su rescate tuvo que salir el expresidente Felipe González, que comparó los ataques a su aspirante a La Moncloa como la “nueva versión de la pinza” que en los noventa, a su entender, forjaron José María Aznar y Julio Anguita.

En la herida hurgó Iglesias verbalizando que el horizonte electoral del PSOE sería más óptimo si a la contienda de Atresmedia hubiera asistido como representante el propio González o Susana Díaz. Un dardo en toda la línea de flotación a sabiendas de que si van mal dadas, pocas horas después de que se abran las urnas comenzará a sonar en la sede socialista el nombre de la presidenta andaluza, si no lo hace ya. Pero como si el revés del debate fuera consecuencia más de la imagen trasladada que del discurso pronunciado, Sánchez admite ahora que debe mostrarse “con más naturalidad”, y que es lo que tratará de hacer el próximo lunes en el cara a cara con Mariano Rajoy. Amén de jactarse de que hasta la fecha sus puntos fuertes han sido “la valentía, la rendición de cuentas y el haber aportado soluciones y propuestas a muchos problemas que tienen los ciudadanos”, el líder del PSOE espera remontar ante “el candidato ausente”, el que lleva “cero debates”. “Veo que están todos contra Sánchez... Bueno, algo estaremos haciendo bien”, se autoconsoló en Los desayunos de TVE antes de echarse a la calle. Su gente comparte análisis. “Cuando alguien polariza así la campaña, es porque la lidera”, confronta de cara al exterior su círculo de asesores. En verdad, solo su entorno. Y añaden: “Hay un tripartito, pero es contra el PSOE. Pedro está bien y por eso van en su contra”.

Sánchez, que arrancó la campaña tratando de contener el auge de Ciudadanos, se afana en este minuto del partido en enmendar la “remontada” que contabilizan desde Podemos. Y lo hizo recordando lo acontecido en Grecia con Syriza y Alexis Tsipras, “referente de Iglesias y que ha incumplido su programa con un rescate, privatizaciones y subidas del IVA al 23%”. Es más, está convencido de que romperá los pronósticos como cuando se presentó a las primarias del partido para regir sus destinos, tesis en la que insistió la víspera Felipe González rememorando que él “siempre perdía en las encuestas y, sin embargo, finalmente ganaba las elecciones”.

Y mientras Iglesias lamenta la deriva del PSOE “de mis abuelos y padres”, Sánchez carga contra el líder de Podemos porque “me da mucha pena que una persona de izquierdas se dedique a atacar a un partido de izquierdas y a un secretario general de izquierdas”. “El minuto de oro de Iglesias no puede tapar que no tiene un proyecto”, alegan en Ferraz para tratar de hacer ver que detrás de la oferta morada solo hay palabrería. Iglesias, envalentonado por la concentración de halagos y expectativas de las últimas horas, inquirió a González a ser “más respetuoso” con su propia figura porque se está convirtiendo en “una caricatura de sí mismo”, aunque entiende los ataques recibidos desde el socialismo por su “preocupación al ver que no convencen” y por pensar que el denominado cambio es solo “una renovación de cara”. “Eso va a tener consecuencias malas en el PSOE”, predijo. “Los nervios y la crispación no es buena. El nerviosismo, en política, se paga”, zanjó Iglesias.

rivera se marca ‘un iglesias’ En paralelo, Albert Rivera se transformó por unos minutos en el ariete de Podemos al prometer una reunión con los afectados por las hipotecas en una manifestación de esta plataforma en Granada. “Si hemos rescatado a los bancos, podemos rescatar a las familias y a los emprendedores. ¡Sí, se puede!”, gritó el líder naranja micrófono en mano mientras reivindicaba que su partido fue el primero en presentar una propuesta para incluir como solución la dación en pago en Catalunya, junto a ICV y ERC. Lo mismo pasa en Andalucía, gran bastión electoral del PSOE, donde Rivera volvió a azotar a los socialistas: “Pedro Sánchez tiene su edificio en ruinas”. Arropado por Inés Arrimadas, la jerezana que ejerce de opositora al independentismo catalán, Rivera recrudeció sus reproches al dirigente socialista. “Felipe González construyó un buen edificio que gobernó España durante muchos años, que trajo igualdad, bienestar y nos metió en la Unión Europea”, argumentó bajo el sol granadino. “Pero señor González, entre el señor Zapatero y Sánchez lo están dejando en ruinas. Los que tienen su edificio interno en ruinas, los que se dividen entre Pedro Sánchez, Susana Díaz, Felipe González y compañía, no van a tener un proyecto común, porque tienen 17”, prosiguió. “Por eso somos la única alternativa que hoy puede ganarle a Rajoy”. Su eslogan.

Al fregado contra el secretario general de Ferraz se unió la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, quien, “sinceramente”, no le ve en buena forma. O mejor dicho, cree que se comporta como un “rehén” de sus acuerdos con Podemos tras las municipales. “Eso confunde mucho a los votantes, porque ¿cómo les explicas que una opción no es valida si la apoyas en los ayuntamientos?”, señaló el brazo derecho del líder del PP, que, tirando de la política espectáculo, bromeó retando al resto de candidatos a aguantar con tacones, como hizo ella, más de dos horas de debate. Pedro Sánchez, a diez días del verdadero día D, no está desde luego para muchos chistes.