vitoria - La economía y Catalunya. Catalunya y la economía. Sobre estos dos ejes pivotará el Partido Popular la campaña electoral con la que pretende mantener el control del Gobierno de España a partir del próximo 20 de diciembre, aunque para hacerlo necesite un compañero de viaje que garantice la estabilidad de un ejecutivo, a tenor de lo que apuntan todas las encuestas, en minoría. Tras cuatro años de cómoda mayoría absoluta, los populares son conscientes de que el tablero de juego cambiará en 2016 y la búsqueda de alianzas comienza con la mano que ayer tendió el ministro de Sanidad y flamante nuevo presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, “a todos aquellos que defienden la unidad del país”.
Acompañado en las intervenciones del vicesecretario Sectorial, Javier Maroto, y del portavoz del partido en las Juntas Generales, Javier de Andrés, Alonso lideró el primer mitin de campaña frente a los suyos en un hotel de Gasteiz. Y es que, pese a que los servicios de prensa de la formación conservadora rehusaron poner nombre al acto en la convocatoria, la escenografía elegida y el propio tono y contenido de los mensajes no dejaron lugar a dudas sobre el carácter electoral del cónclave.
En este terreno, y después de derrocar a la expresidenta de los populares en Euskadi, Arantza Quiroga, Alonso se enfrenta ahora al reto de ejercer de bisagra entre Madrid y la CAV con el objetivo reconocido por él mismo de poner fin a la fuga progresiva de votos que el PP ha registrado en las últimas citas electorales y colaborar en lo posible con las aspiraciones del presidente del Gobierno y candidato a la reelección, Mariano Rajoy, para revalidar su cargo.
La deriva en la que se haya inmersa la formación conservadora ofrece al reto una dificultad añadida que Alonso tratará de afrontar exprimiendo el mismo discurso que el PP llevará a todos los rincones del Estado: la situación económica actual como nueva realidad ajena a las crisis que ha sacudido España en los últimos años, pese al elevado índice de desempleo que mantiene las alarmas encendidas. El crecimiento en el que se apoya el Gobierno español, “el mayor de la UE”, es la principal baza de Rajoy y todos los suyos a la hora de solicitar una nueva muestra de apoyo a la ciudadanía. “Dijimos que sacaríamos al país de la crisis y le hemos dado la vuelta”, reivindicó el ministro ante el centenar de simpatizantes que se dieron cita en el encuentro gasteiztarra.
De forma paralela a la defensa de la aplicación de las políticas liberales en el resurgir de la economía, el PP ha encontrado en las aspiraciones independentistas llevadas a la práctica un segundo nicho que explotar. La iniciativa de los partidos con representación mayoritaria en la Cámara catalana para conformar una república independiente figura en todas y cada una de las intervenciones de los principales dirigentes del PP, y el paso de Alonso por Vitoria no fue una excepción, sobre todo, después de que la Generalitat asumiera un retraso en el pago a las farmacias. El ministro asumió que el Gobierno tiene la “obligación de ayudar” ante este problema, pero matizó que los españoles “tienen derecho a preguntar” a los dirigentes del Ejecutivo de esa comunidad autónoma “en qué se han gastado el dinero de las farmacias”. Frente a esta situación, el presidente del PP vasco mostró la oferta electoral de su partido como la única capacitada para “vertebrar España” y evitar tentativas “profundamente mezquinas” que pongan en solfa el proyecto unitario del PP.
El vicesecretario Sectorial, Javier Maroto, precedió a Alonso en el turno de palabra con una intervención que supuso la puesta de largo en Gasteiz del exalcalde como miembro de la Ejecutiva estatal. Esta vez Vitoria no estaba en el discurso, sino el “liderazgo de Rajoy” frente a los impulsos de las fuerzas efervescentes y el llamamiento a la población para afrontar “unidos” un proyecto en el que, al igual que Alonso, puso en valor la capacidad del PP para generar nuevos puestos de trabajo -”1.400 al día”- y garantizar a los nueve millones de pensionistas españoles que “nunca” van a vivir la misma situación perentoria de los jubilados griegos.
El ex diputado general del Álava y actual presidente del PP en este territorio, Javier de Andrés, fue el encargado de romper el hielo con una primera intervención en la que destacó su preocupación por la “ruptura del centro-derecha”. De Andrés, quien no llegó a mencionar a Ciudadanos pese a la obviedad de su alusión, comparó esta situación con la de épocas anteriores como la que supuso la aparición en el escenario electoral alavés, y más tarde institucional, de Unidad Alavesa, que mermó la saca de votos populares.