Iruñea - El primer pleno ordinario de la 9ª legislatura del Parlamento de Navarra dejó ayer en evidencia la capacidad de la nueva mayoría de modificar cuestiones históricamente estancadas. Claro ejemplo de ello fue el rechazo que por primera vez se produjo de forma oficial al polígono de tiro de las Bardenas y a través del cual el Parlamento insta al Gobierno español a desmantelarlo de manera inmediata. En la moción apoyada por los cuatro grupos firmantes del acuerdo programático, se reclama además la “suspensión inmediata de las maniobras militares y bombardeos de ejército español y de ejércitos de la OTAN que se realizan en las Bardenas, incluyendo las Operaciones Tormenta” y exige su “paralización y suspensión definitiva y permanente”. Igualmente, se exige al Ministerio Defensa la “suspensión inmediata de maniobras militares, con fuego real, en el espacio aéreo de Navarra”.
La iniciativa de Izquierda-Ezkerra, apoyada por Geroa Bai, EH Bildu y Podemos, alude como principales motivos a los “más de 30 accidentes graves relacionados con el polígono de tiro, dos en los últimos seis meses”, y a la “ausencia de consulta directa a las poblaciones del entorno” para, tras subrayar la condición de Parque Natural y Reserva Mundial de la Biosfera que ostenta la zona, solicitar el desmantelamiento de Bardenas como escenario de “maniobras militares que chocan con las necesidades sociales y económicas derivadas de la crisis”. Una reclamación más simbólica que práctica, ya que el órgano competente para hacer reclamaciones es la Junta de Bardenas, pero que muestra de forma clara el cambio de valores que representa el nuevo reparto de escaños en Navarra.
El debate volvió ayer al Parlamento después de que este verano resultara herido de bala un turista cuando transitaba por una pista cercana al lugar donde se realizan las maniobras. Sobre este asunto, y esta vez con el apoyo de UPN y PSN (el PPN votó en contra) se exhorta a los ejecutivos foral y central a “investigar con rigor los hechos y las causas bajo las que se produjo el incidente del pasado 23 de julio, que se saldó con un ciudadano navarro herido de bala en las inmediaciones del polígono de tiro”.
En el turno de defensa de la iniciativa, Marisa de Simón (I-E), destacó que “el rechazo social al polígono es mayoritario”. “Entendemos que este Gobierno y este Parlamento tiene que hacerse eco de esta mayoría porque están previstas unas próximas maniobra de la OTAN que suponen los mayores ejercicios desde la Guerra Fría. La situacion actual no llama a insistir en los conflictos bélicos sino en trabajar para la paz”, dijo De Simón. Unos argumentos que fueron refrendados por Patxi Leuza (Geroa Bai), Dabid Anaut (EH Bildu) y Laura Pérez (Podemos). “El riesgo que para la población ocasiona es una de las razones más importantes para pedir el desmantelamiento”, dijo Leuza, para añadir que “el Ministro mentiría si afirma que la seguridad está garantizada para la población civil de las localidades aledañas”. Laura Pérez, por su parte, dijo no querer “seguir siendo testigos mudos de un polígono que sirve para el entrenamiento de aviones que después lanzarán indiscriminadamente sus bombas sobre la población civil de cualquier parte del planeta”.
En contra de reclamar el desmantelamiento, desde UPN, Sergio Sayas, alegó que no es competencia del Parlamento, pero apoyó a investigar el suceso que se saltó con un herido. En la misma línea, Santos Cerdán, del PSN, dijo que “el polígono fue una imposición en tiempos de Franco pero ahora hay un acuerdo con la Junta de Bardenas” y abogó por respetarlo.