EEUU. En agosto de 1939 Albert Einstein escribió una carta al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, en la que le informaba de los avances sobre la fisión de Alemania y le animaba a desarrollar un programa nuclear. “Es concebible -pienso que inevitable- que pueden ser construidas bombas de un nuevo tipo extremadamente poderosas”, afirmaba en la misiva. En el fondo se escondía el miedo de que los nazis pudieran fabricar el arma atómica. Años más tarde, Einstein se arrepentiría de ese acto al comprobar la devastación generada con dichas bombas: “Debería quemarme los dedos con los que escribí aquella primera carta”, reconoció el genio.

En octubre de 1939, el plan para desarrollar armas atómicas ya estaba en marcha. Pero sólo a partir de 1941, tras el ataque japonés a Pearl Harbor y la entrada en la Segunda Guerra Mundial de EEUU, el Proyecto Manhattan empezó a obtener los recursos humanos y financieros necesarios para que el programa nuclear se desarrollara con fuerza.

El proyecto, llamado Manhattan porque allí tenía su sede el mando del mismo, contó con una inversión de 2.000 millones de dólares. Al frente del proyecto se coloca en octubre de 1942 el físico Robert Oppenheimer, aunque el responsable militar es el general Leslie R. Groves. La operación estaría coordinada desde el Laboratorio Nacional de los Álamos (Nuevo México) construido para la ocasión. Entre los más estrechos colaboradores de Oppenheimer se encuentra el premio Nobel de física Enrico Fermi, o Edward Teller, un científico de origen judío que huyó de Alemania tras la llegada de Hitler. En diciembre de 1942, Fermi lograba el primer importante resultado obteniendo la primera reacción a cadena.

dos prototipos Los investigadores trabajaron contemporáneamente a dos distintos prototipos de bomba, una al uranio y otra al plutonio. La primera, llamada Little Boy (Muchachito), libraba una energía equivalente a 15.000 toneladas de TNT. La bomba lanzada sobre Hiroshima era de este tipo. Fat Man (Hombre Gordo), utilizaba plutonio y conseguía mayor energía, pero su funcionamiento era más complejo. Una Fat Man cayó sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945.

El desarrollo del programa no estuvo exento de peligros. Una de las principales incógnitas radicaba sobre los efectos de tan potente arma. Se llegó a pensar que podría incendiar la atmósfera al provocar una reacción del hidrógeno, lo que retrasó el proyecto. Finalmente, nuevos cálculos descartaron esa opción.

EE UU no era el único país que trataba de desarrollar un arma atómica. El programa Uranio de los nazis también perseguía la fabricación de la bomba nuclear. Groves destinó parte de los recursos del proyecto en recabar información sobre los avances alemanes en el terreno. Varios científicos que trabajaban para el Reich fueron secuestrados.

El día D para Oppenheimer y su equipo llegó el 16 de julio de 1945. Fue la fecha para realizar la primera prueba, denominada Trinity. El lugar escogido fue el desierto Jornada del Muerto, un lugar remoto del Estado de Nuevo México. Mejor nombre imposible. La energía liberada durante la explosión equivalió a 19.000 toneladas de TNT. El equipo del proyecto observó a nueve kilómetros de distancia cómo la densa nube se elevaba hasta componer el característico hongo en el cielo.

El éxito de la prueba permitió el lanzamiento de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki apenas dos semanas después. En la actualidad, los habitantes de ambas ciudades niponas todavía conviven con los problemas de la radiactividad desatada en aquellos ataques. Mientras tanto, los arsenales de EEUU y Rusia cuentan con miles de cabezas nucleares muchos más potentes que las lanzadas hace 66 años sobre Japón.

La Vegas, Nevada . La bautizada como Apple-2 House era una de las dos casas utilizadas para testar el impacto civil de un ataque nuclear en 1955 en las instalaciones del Departamento de Seguridad Nacional en Nevada, a 100 kilómetros de La Vegas, Nevada, el pasado 8 de abril de 2015.

White Sulphur Springs, Virginia Occidental. Una puerta blindada de 18 toneladas se esconde tras un panel en la entrada de un búnker secreto preparado para los miembros del Congreso estadounidense durante la Guerra Fría en White Sulphur Springs, Virginia Occidental, el pasado 9 de junio de 2015.

La Vegas, Nevada. La camara acorazada The Mosler era una de las instalaciones utilizadas para testar el impacto civil de un ataque nuclear en 1957 en las instalaciones del Departamento de Seguridad Nacional en Nevada, a 100 kilómetros de La Vegas, Nevada, el pasado 8 de abril de 2015.

Sahuarita, Arizona. Un misil balístico intercontinental Ttian II permanece en un silo en el Museo del Misil Titan en la localidad de Sahuarita, Arizona, el pasado 6 de abril de 2015.

Hampden, Dakota del Norte. La inscripción del gigantesto silo que contenía el misil termonuclear Sprint indica “Peligro” y está ubicado en la localidad de Hampden, Dakota del Norte.

Oak Ridge en Tenessee. La sala de control del reactor de grafito X-10, el segundo más grande tras Chicago Pile, puede visitarse en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge en Tenessee, el pasado 11 de junio de 2015

Hanford, Washington. Los restos de un instituto en una de las áreas con instalaciones del proyecto Manhattan en la localidad de Hanford, Washington, el pasado 26 de mayo de 2015.