vitoria - El retroceso de la confianza en el PP limitará a apenas un puñado de votos la victoria electoral en Gasteiz. Así lo pone de manifiesto la encuesta realizada por el Gabinete de Prospección Sociológica de Lehendakaritza, un sondeo realizado entre el 9 y el 14 de febrero en los tres territorios y sus capitales mediante 2.142 entrevistas que sitúan en un pañuelo a PP, PNV y EH Bildu al frente del Ayuntamiento de Vitoria.
Si hace cuatro años el tirón de Javier Maroto permitió a las siglas conservadoras marcar una considerable distancia de diez puntos sobre la segunda fuerza, la caída de las expectativas populares, unida a la capacidad del candidato jeltzale, Gorka Urtaran, de aguantar el porcentaje de votos actual, y el ligero ascenso de la coalición abertzale, ponen sobre la mesa un empate técnico entre las tres formaciones que sitúan al Consistorio de la capital alavesa como el más ajustado de la CAV.
Tan solo un punto y medio separa a las tres fuerzas, en todos los casos con seis concejales, que estarán acompañadas en el Consistorio por los socialistas, como cuarta sigla más votada y con un retroceso bastante menos acuciado que el augurado hasta ahora por otras encuestas, ya que de los seis ediles con los que cuenta el PSE en la actual legislatura solo prescindiría de uno. Podemos, pese a no concurrir con su nombre y delegar su apoyo en el partido Hemen gaude, aún sin lista de aspirantes, completa la representación municipal con una entrada en la escena institucional gasteiztarra que se traducirá en cuatro ediles.
A la espera de la decisión que adopte el 12,8% de los entrevistados que aún no sabe a quién dirigirá su voto, los resultados que ofrece el informe del Gobierno Vasco mantienen a Maroto como el candidato más votado; eso sí, con una pérdida de tres concejales que siembra las dudas sobre la identidad del nuevo primer edil y los pactos postelectorales que permitirán sacar adelante los proyectos de ciudad.
En lo que respecta a Álava, se repiten protagonistas y el escaso margen que les separa, aunque en este caso con el PNV como primera opción del electorado. El PP desciende hasta el segundo puesto del escalafón lastrado por su gestión actual, con una pérdida de cinco puntos, lo que no impide que siga de cerca a los jeltzales que lidera Ramiro González. EH Bildu, por su parte, sufre una ligera rebaja de apoyos y se sitúa en el tercer lugar.
A partir de aquí, la brecha se abre hasta encontrar en el cuarto peldaño a Podemos -con su nombre original en estos comicios-gracias al 15% de apoyos cosechados en las urnas. Los socialistas pagan sus divergencias internas y se convierten en la quinta fuerza del territorio.
Al contrario de los concretos datos de representación que la encuesta aporta en el plano municipal, al abordar la intención de voto en el ámbito provincial lo hace desde una perspectiva meramente territorial, en lugar de atender a cada circunscripción, por lo que los resultados no aclaran el número de junteros que lograría cada partido, si no solo su porcentaje de sufragios.
irrupción de podemos Además de en las instituciones alavesas, la irrupción de Podemos trastoca la fotografía del mapa electoral de la CAV en su conjunto, donde el PNV asienta su hegemonía al vencer con holgura en Bilbao y provocar el vuelco en Donostia a costa de EH Bildu. A dos meses para los comicios, la fortaleza jeltzale se escenifica en Juntas Generales, principalmente en Bizkaia pero también derrotando a los populares en Álava, mientras que la coalición soberanista mantendría su liderazgo en Gipuzkoa por un estrecho margen.
El PNV resistiría la pérdida en Bilbao del efecto Azkuna con una victoria indiscutible de su candidato, el exconsejero Juan Mari Aburto, alcanzando 12 escaños y un 36% de papeletas en la urna, tres asientos menos que en los comicios de 2011 pero muy por delante de su más inmediato perseguidor, Podemos, que asalta la capital vizcaína con cinco representantes. La vitalidad jeltzale se mimetiza en el conjunto del herrialde, ya que el relevo de José Luis Bilbao, el aspirante Unai Rementeria, firmaría un triunfo igual de sonoro, con el 34% de los votos, es decir, 13,5 puntos más que EH Bildu, mientras que Podemos se cuela en el podio con un respaldo del 14,5%.
En Donostia se avecina una lucha muy disputada en el sector soberanista aunque el PNV, con Eneko Goia como punta de lanza, podría arrebatar el bastón de mando a Juan Karlos Izagirre, dado que el empate a siete escaños se rompería merced al número total de papeletas, mayor en el caso del jeltzale (24,8%) respecto al actual regidor (22,7%). En la Diputación Foral se repetiría la igualdad pero esta vez decantándose a favor de EH Bildu y su candidato, Xabier Olano, y es que la intención directa de voto otorga a PNV y a su contrincante un 15,1%, para después, con todo estimado, quedarse Markel Olano con el 27,5%, a dos puntos de su principal rival.
En Gipuzkoa, la lista encabezada por el dirigente socialista Denis Itxaso conseguiría un apoyo del 14% de votantes, solo medio punto más que Podemos, y con el farolillo rojo del PP de Quiroga y Borja Sémper.