GASTEIZ - La oposición retiró la semana pasada su apoyo a la directora general de EITB, Maite Iturbe, en el Parlamento Vasco, pero la última palabra la tiene el Gobierno por ley y el gabinete de Iñigo Urkullu optó por no removerla de su cargo, entre otras razones porque los grupos no tienen una propuesta alternativa y, sobre todo, porque Lakua no ve razones objetivas para cesarla. Fuentes consultadas argumentan que Iturbe no ha tomado ninguna decisión política escandalosa ni ha plagado los programas de tertulianos con discursos controvertidos sobre ETA. Pero, sobre todo, la petición de cese ni siquiera se vincula a esa línea editorial, sino a una decisión técnica: la oferta pública de empleo que va a cubrir 49 de las casi 80 plazas a regularizar. Lakua entiende que Iturbe se ha limitado a cumplir lealmente el acuerdo del Consejo de Administración que activó esa OPE en Eusko Irratia aunque siempre ha matizado que, en todo caso, si la oposición insiste en revocar los términos, debe dirigirse al órgano competente, que es el propio consejo. En el fondo, el PNV ha tenido la impresión, desde el primer momento, de que la oposición busca el desgaste del Gobierno llevando el debate al Parlamento en lugar del consejo, donde además es complicado forjar mayorías. Pero el PSE lanzó el guante el viernes y remitió a la presidencia del consejo no solo su propuesta de revocar el ERE, sino también el cese de Iturbe. Según ha podido saber este medio, no prosperará.
La dimisión de Maite Iturbe debería ser aprobada por dos tercios del consejo. El órgano lo componen 20 miembros, de modo que se necesitan 14 respaldos. No existe una figura jurídica que permita dejar fuera de la votación a Iturbe por un eventual conflicto de intereses o por sentirse concernida por la petición de dimisión y, aunque la hubiera o ella misma se ausentara de la votación, seguirían calculándose los dos tercios sobre el total de 20 miembros, estén todos presentes o no, de modo que siempre serán necesarios 14 apoyos. Los representantes propuestos por EH Bildu, PSE y PP, los partidos que pidieron el cese en el Parlamento, suman 9 asientos. No llegarían a 14 ni en el muy improbable supuesto de que se sumaran las cuatro voces de los agentes sociales y académicos. Se quedarían a las puertas, con 13. Los restantes asientos los ocupan el PNV e Iturbe, que lógicamente votarían en contra de la dimisión.
Además, dentro de esos cuatro agentes sociales se encuentran el representante de Euskaltzaindia, Adolfo Arejita, y la vicepresidenta por Bizkaia de Eusko Ikaskuntza, Rosa Miren Pagola, que se han alineado a favor de Iturbe en anteriores votaciones y que avalaron, por ejemplo, los Presupuestos del ente junto con el PNV. Por tanto, es muy probable que los partidarios de la dimisión no logren 13 apoyos, sino 11, a lo sumo. El décimo apoyo tampoco está claro. Aunque quepa suponer que Edorta Arana, de LAB, votará en el mismo sentido que EH Bildu, podría haber matices. El restante miembro del consejo es Iñaki García Arrizabalaga, hijo de una víctima y miembro de la unión de consumidores de Euskadi, quien en el pasado ya tuvo sus diferencias con Iturbe y contempló dimitir si no se aludía a ETA en el plan estratégico del ente. El ERE también debería ser revocado por dos tercios. En ese caso tampoco se prevé que haya grandes sorpresas, según las fuentes consultadas.
respaldos La propuesta parte del PSE, quien llevó la documentación necesaria a la presidencia del consejo el viernes para pedir la dimisión de Iturbe y del director de recursos humanos, Javier Salcedo. También pide retirar el ERE. Se votará en el próximo consejo del día 24, aunque fuentes conocedoras del proceso aseguran desconocer aún si ese punto entrará en el orden del día, una decisión que ha de tomar el presidente de turno, el representante de LAB. Lo habitual es que la duda se despeje una semana antes de la sesión, pero se da por sentado que se votará porque, según las mismas fuentes, solo hay problemas cuando se presentan las iniciativas fuera de plazo. El día 24, como acostumbra a suceder en el consejo, habrá un quinto punto en el orden del día donde se discutirán asuntos que propongan sus integrantes. Es ahí donde encajaría el cese.
A Iturbe la avalan el PNV, los agentes académicos representados y el equipo directivo de EITB, que salió en su defensa con una nota donde expresaba su inquietud ante la utilización “interesada” del ente en el debate partidista. La polémica del ERE se retrotrae a la oferta pública de empleo que buscaba regularizar la situación de 79 trabajadores indefinidos no fijos en Eusko Irratia. Desde el principio quedó claro que la convocatoria cubriría solo 49 plazas. EH Bildu la apoyó, y después se desmarcó argumentando que se había convertido en un ERE y que había pensado que el resto de trabajadores serían reincorporados en una futura OPE. El PSE se abstuvo.
Los constitucionalistas y la izquierda abertzale han logrado ponerse de acuerdo para rechazar los despidos, pero su entendimiento no va más allá. PSE, PP y UPyD creen que el ente se escora hacia el nacionalismo vasco y han criticado que el exparlamentario de HB, Mikel Zubimendi, mostrara su aprecio al preso Santiago Arrospide en un debate; mientras que la izquierda abertzale habla de “censura constitucionalista”. Nadie baraja ni remotamente que puedan acordar un candidato alternativo.