madrid - Pedro Sánchez le tomó la delantera a Mariano Rajoy en lo que a desplazarse a Catalunya se refiere pero su propuesta para una solución al conflicto se queda a medio camino en cuanto al blindaje competencial. Según el secretario general del PSOE, aun reconociendo que es necesaria una mejora en la financiación, su oferta de reforma constitucional afectaría a materias como la lengua, la cultura y la educación, pero no a dotar a los catalanes de un Concierto Económico [o el pacto fiscal análogo que propuso Mas antes de prometer la consulta] similar al de Euskadi o Nafarroa porque no lo ve “necesario” ya que “se tiene que respetar la solidaridad con otras partes de España”. “Hay suficientes motivos para que la reforma constitucional reconozca sociedades con singularidades como la lengua y la cultura catalanas preservadas de cualquier ataque, como el del ministro de Educación diciendo que se tienen que hispanizar los niños catalanes”, argumentó en una entrevista a Catalunya Ràdio donde lejos de encasillar su propuesta federal en la simetría o la asimetría del modelo, Sánchez zanjó el debate asegurando que “el federalismo es federalismo y punto”.
Pese a que no cuenta con el apoyo del PP, necesario para aprobar una reforma constitucional, el líder socialista se muestra confiado en sacarla adelante: “Si pudimos con el Parlamento fragmentado del 78, ¿por qué no ahora?”, se preguntó, seguro de que el referendo sobre esta modificación de la Carta Magna servirá como sustituto de la consulta legal sobre la independencia que reclama el Govern. Eso sí, Sánchez no respondió a qué pasaría si, en una hipotética votación, el no a la Constitución se impusiera en Catalunya. A su entender, el desenlace no puede llegar fruto de un cruce de monólogos o de cartas ni con la interposición de querellas. “La solución no pasa por unas elecciones anticipadas ni por la judicialización del conflicto”, afirmó, invitando a Rajoy a dar respuesta a las reivindicaciones que Mas le planteó el pasado julio.
“La independencia es una opción legítima que requiere una respuesta política”, zanjó Sánchez, para quien el 9-N hubo una participación “importante pero no decisiva” aunque “suficiente para coger el problema por los cuernos”. En declaraciones tras un encuentro con representantes de la sociedad civil y cultural catalana, se ofreció como mediador en una hipotética reunión en la que también estarían presentes Rajoy y Mas, gesto que contempla como un primer paso al que tendría que acompañar, “a medio plazo”, la apertura de negociaciones para reformar la Constitución.