Bilbao - La trascendencia de la jornada de ayer, en la que Felipe VI fue proclamado rey, no tuvo su reflejo en la calle. Así, durante uno de los momentos a priori más vistosos, el trayecto en coche que realizó el nuevo monarca entre el Congreso y el Palacio Real, desde cuyo balcón saludó a sus súbditos, tan solo hubo concentraciones destacadas de ciudadanos en las vallas situadas a lo largo de la Gran Vía madrileña, mientras en las aceras se podía caminar sin dificultad. Y solo el principio y el final del recorrido estuvieron más llenos, no así el resto del trayecto.

Pese a que la Policía, muy presente durante la mañana, decidió cerrar la Plaza de Oriente al tránsito justo antes del saludo de los reyes por considerar que estaba llena, algunas fuentes afirmaron que no hubo tal masificación y cifraron el número de congregados en torno a diez mil. - Dna