Bilbao - El lehendakari quiso preservar ayer su perfil institucional para mostrar su "respeto" a la decisión del rey de abdicar en su hijo, sin querer entrar en las luces y sombras del mandato de Juan Carlos I. Pero, mirando al futuro, interpretó que con su adiós se cierra el ciclo de la Transición, abierto con la Constitución de 1978. Iñigo Urkullu cree que, de ahora en adelante, se abre "una vía" para actualizar los derechos históricos porque la cuestión vasca "no está resuelta".

Durante la inauguración de la Bienal de la Máquina-Herramienta del BEC, el lehendakari también quiso mostrar una actitud "abierta y constructiva" al servicio de la profundización en la democracia, la libertad y la convivencia. Recalcó que el Estado padece una triple crisis institucional, territorial y económica; y reivindicó la necesidad de acuerdo para edificar una "nueva convivencia". Sobre el autogobierno, aseguró que existe una vía abierta que plantear desde el binomio del reconocimiento de los derechos históricos "y pacto con la Corona, incluso".

Desde el PNV, su presidente Andoni Ortuzar consideró que la abdicación es acertada, aunque llegue tarde. Sobre Euskadi, instó al rey a que ejerza la función de arbitraje para abordar un nuevo modelo de Estado que dé respuesta a las aspiraciones de las diferentes naciones. En el caso vasco, apeló a los derechos históricos y la "voluntad de la ciudadanía". "Si estas premisas se cumplen, el PNV sabrá estar a la altura de las circunstancias y contribuirá a la estabilidad institucional", zanjó. - DNA