Madrid - La muerte violenta de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, se suma a otros asesinatos o intento de ellos contra políticos y expolíticos sin relación alguna con atentados terroristas. Algunos de los más sonados son las muertes violentas de los alcaldes de Fago (Huesca) y de la localidad alicantina de Polop de la Marina.

El 6 de septiembre 2004 el exalcalde socialista de la localidad madrileña de Torres de la Alameda, Antonio Rodríguez del Barrio, fue tiroteado por tres individuos. Dado de alta médica ese mismo día, el propio exalcalde entonces aludió a "motivos urbanísticos" relacionados con una supuesta petición de comisiones ilegales a un grupo de promotores, que el PSOE había destapado en 2002.

Con posterioridad, el 12 enero 2007, el alcalde de Fago (Huesca) del Partido Popular, Miguel Grima, fue asesinado de un disparo de postas en la carretera que une las poblaciones oscenses de Majones y Fago cuando regresaba de una reunión política celebrada en Jaca. Santiago Mainar, un guarda forestal con el que el fallecido tenía numerosos pleitos, y autor confeso del crimen fue condenado a 20 años de prisión.

Ese mismo año, el 27 octubre, el alcalde popular de la localidad alicantina de Polop de la Marina (Alicante) , Alejandro Ponsoda, falleció en el hospital ocho días después de ser tiroteado a las puertas de su casa en la pedanía de Xirles. En 2009 fue detenido el alcalde de la misma localidad y sucesor de Ponsoda, Juan Cano (PP), en relación con el mencionado crimen, que tuvo también causas urbanísticas.

El 26 de mayo de 2010, la exconcejala de Castellón por UCD entre 1979 y 1983, Concha Roig , fue encontrada muerta en su domicilio con un corte en el cuello. El presunto autor, de nacionalidad rumana, fue detenido meses después. - Efe