BILBAO. En el juicio celebrado hoy en Bilbao, López ha comparecido como testigo y ha relatado que aquella jornada de elecciones autonómicas, en la que él se presentaba a la reelección como candidato del PSE, un grupo de personas le estaba esperando en el interior del aula con pancartas, en las que se leía "preso eta iheslariak etxera" (presos y huidos a casa).

Ha denunciado que tuvo que realizar "un recorrido incómodo" para coger la papeleta y llevarla hasta la mesa electoral, porque escuchaba gritos justo a sus espaldas y observó "forcejeos" entre los escoltas que le acompañaban y quienes protagonizaban la reivindicación, en un aula de reducidas dimensiones.

Entonces, ha añadido López, la presidenta de la mesa del colegio Iruarteta de Bilbao donde debía depositar su voto ordenó a los presentes que abandonaran el aula porque se había creado "una situación muy complicada" y, según ha señalado, no pudo votar.

"¿Le parece poco?", ha dicho al letrado que defendía a los acusados. "A mí me parece bastante", ha sentenciado López.

Escasos minutos después, pudo acceder a la mesa y finalmente ejercer su derecho al voto, ha recordado su esposa Begoña Gil, que le acompañaba ese día y quien también ha testificado ante el tribunal.

Gil ha recordado el momento en que la presidenta de mesa "visiblemente nerviosa" ordenó a los presentes "que salieran del aula porque así no se podía producir la votación".

Ha afirmado que no escuchó insultos ni que intentaran agredirles, "pero, había una actitud beligerante hacia nosotros -ha dicho-" y "era más el clima" que se había generado por los "empujones y forcejeos", ha recordado la esposa de López.

Los cuatro acusados, tres hombres y una mujer, se han negado a contestar a las preguntas de la Fiscalía y solo lo han hecho en el turno de su abogado.

Han rechazado que coaccionaran a Patxi López ya que, según han sostenido, la suya fue "una protesta silenciosa y pacífica" en la que se limitaron a sostener unas pancartas con la reivindicación del acercamiento de presos.

El aula estaba "llena de gente" y "era inevitable el roce" con las personas de seguridad y algunos miembros del PSE que acompañaban a López, han reconocido.

Dos de los acusados han explicado que en su condición de apoderados de EH Bildu, se dirigieron a gritos a la presidenta de la mesa "para advertirle de que las personas armadas no pueden entrar" al lugar de votación, en referencia a los escoltas del lehendakari.

En ese momento, Patxi López se giró y les dijo señalando a las pancartas: "Ni se puede hacer esto", según se ha escuchado en la reproducción en el juicio de las grabaciones hechas en aquel momento por varios medios de comunicación.

El fiscal ha calificado los hechos como un delito electoral al estimar que los acusados actuaron con la finalidad de perturbar el desarrollo del sufragio activo de Patxi López, en concurso con un delito de coacciones.

Alternativamente, el Ministerio Público ha planteado que los hechos fueran considerados como delito por alteración del acto electoral, además, del delito de desórdenes públicos, en una modificación de sus conclusiones que han hecho a la defensa solicitar un aplazamiento para estudiar esta propuesta.

La pena solicitada para cada uno de los cuatro acusados es de 24 meses de multa a razón de 12 euros al día, lo cual supone el pago de más de 8.600 euros.

La juez ha aceptado la petición de la defensa y ha decidido retrasar el final del juicio al 30 de abril.