vitoria. "Es imposible un autogobierno sin régimen económico, pero éste por sí solo no garantiza el autogobierno político, solo con autogobierno económico aspiramos a lo sumo a tener mejores carreteras. El autogobierno es político y cultural y la economía es solo una rama". En estos términos centró ayer su disertación sobre el Concierto Económico el lehendakari Juan José Ibarretxe, en el marco del seminario que sobre este pacto e instrumento ha organizado el Parlamento Vasco y que se clausurará hoy. Una defensa del carácter político del Concierto, en esa pugna histórica con una lectura meramente económica que hunde las raíces en el debate decimonónico sobre el "fuero bueno", que en una historia reciente marcada por el "enorme" incumplimiento estatutario y la judicialización del Concierto llevó a Ibarretxe a concluir que el debate actual se centra en "el modelo de dependencia del Estado", convencido de que el actual no satisface a una parte mayoritaria de la sociedad. "Es malo", dijo, "hay una parte de la sociedad que cree que el autogobierno que tenemos no es suficiente", por lo que "habrá que ir a otro modelo" y decidirlo "democráticamente".
"La vida sólo puede ser comprendida hacia atrás, pero únicamente puede ser vivida hacia delante". Ibarretxe echó mano de la frase de Kierkegaard para apuntar parte de su receta y lo hizo mirando a la Unión Europea, para reclamar -como ya hiciera durante sus años en Ajuria Enea- la participación de las instituciones vascas en el Ecofin, "o el Concierto morirá, porque su aplicación será permanentemente cuestionada en el ámbito europeo". La advertencia llega apenas unos días después de que la abogada general de la UE haya propuesto una multa de 50 millones de euros a la Comunidad Autónoma Vasca por el retraso en la devolución de las denominadas vacaciones fiscales, que fueron declaradas ayudas de Estado y, por tanto, ilegales por el Tribunal de Luxemburgo.
En este sentido, abundó en la necesidad de profundizar en el Concierto para lograr la misma capacidad fiscal que puede tener cualquier otro país de la UE, ante situaciones que consideró "graves" como que "las atribuciones en materia de tributaria de Malta son consideradas medidas de carácter general y las nuestras, denunciadas una y otra vez por el propio Estado español, como ayudas de Estado".
derecho y no privilegio "Existe un prejuicio político en torno al Concierto", concluyó Ibarretxe, señalando que "no es visto como un derecho sino como un privilegio". Un diagnóstico que compartió también el que fuera consejero de Economía y Hacienda durante el primer gobierno de Carlos Garaikoetxea y, por tanto, uno de los actores principales del acuerdo en torno al Concierto Económico actual, Pedro Luis Uriarte. Uriarte hizo, ya en el turno de debate, una apuesta por invertir -con una partida expresa en el Presupuesto, dijo- en explicar y comunicar el Concierto, en crear un auténtico lobby, "porque estamos dejando que se cree un estado de opinión que se convierte en acción política".
Precisamente esa concepción como "privilegio" del Concierto Económico fue uno de los "escollos" de aquella negociación con el Gobierno de Adolfo Suárez, primero, y de Calvo Sotelo, después, que se desarrolló entre 1980 y 1981 y que rememoró Uriarte en la primera de las conferencias de la jornada de ayer. El exconsejero destacó algunos puntos claves del acuerdo, como su carácter bilateral o el hecho de que el Estado "no corre ningún riesgo", en la medida en que tiene garantizado pase lo que pase, "sin discusión", la contribución de la CAV cifrada en ese famoso 6,24% que se fijó en aquella negociación. De hecho, Uriarte respondió a quienes consideran que ese coeficiente debería aumentar que, por el contrario, "llevamos diez años aportando de más".
Uriarte coló además otro apunte significativo, recordando que el Concierto reserva al Parlamento Vasco una facultad armonizadora que consideró "insuficientemente desarrollada", precisamente uno de los caballos de batalla del Gobierno López en la anterior legislatura.