madrid. El director de Inspección Financiera y Tributaria de la Agencia Tributaria, Luis Jones, presentó su dimisión por discrepancias con el nuevo director general del organismo público, Santiago Menéndez. Jones, que formaba parte de la cúpula de la institución, envió el martes por la noche un correo electrónico a los directores regionales y de área de la Agencia Tributaria en el que explicaba los motivos de una renuncia que coincide en el tiempo con el escándalo provocado por la destitución de una inspectora que frenó un recurso presentado por la cementera Cemex contra una sanción de unos 450 millones. Jones, que goza de gran prestigio profesional, alude como causas de su renuncia a "las notables diferencias que han surgido con el titular de dicha dirección general en los últimos meses en relación con diversos asuntos que, en mi opinión, constituyen ámbitos esenciales de decisión del departamento de inspección, y que se han resuelto en contra de nuestro criterio".

El director general de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez, ocupa el cargo desde junio cuando relevó a Beatriz Viana, quien cesó salpicada por el caso de los DNI de la infanta Cristina. Desde entonces, Menéndez ha sustituido a varios cargos de libre designación que formaban parte de la cúpula en un proceso de reorganización interna.

El revuelo en la Agencia empezó con la destitución fulminante de una inspectora de la oficina técnica de la dependencia de grandes contribuyentes que desestimó un recurso de reposición de la cementera mexicana. Como consecuencia del relevo de esta inspectora dimitió su inmediato superior, el jefe de dependencia de grandes contribuyentes, Ignacio de Ucelay. Asimismo, otros dos cargos de responsabilidad del organismo que habían amenazado con dimitir ya han hecho efectiva su renuncia y están a la espera de destino.

Luis Jones, uno de los responsables de la puesta en marcha de la Oficina de Fiscalidad Internacional, quiso ayer desvincular su salida con algún caso concreto, en alusión a Cemex o el caso Nóos, pero además hay otros asuntos que han convulsionado a la Agencia Tributaria y dañado su imagen, como la presunta amnistía fiscal del extesorero del PP Luis Bárcenas, operación con la que dijo haber regularizado 10 millones de euros de cuentas suizas pero que desmintió posteriormente Hacienda.