Bilbao. Por una abrumadora mayoría, los ciudadanos de la CAV creen que la situación económica de Euskadi es mala o muy mala (81%), y los problemas relacionados con la crisis copan su lista de quebraderos de cabeza, pero se muestran más optimistas sobre su futuro que sobre el devenir del Estado (un 41% cree que España irá a peor el próximo año, frente al 25% que cree lo mismo sobre Euskadi) y, sobre todo, parecen albergar mayor fe en la clase política vasca. Mientras en Madrid imperan los presuntos casos de corrupción y la imagen de descrédito de los políticos, los líderes de las formaciones de la CAV han visto cómo aumenta su valoración por parte de los ciudadanos. Según el último Sociómetro, realizado por el gabinete de prospecciones del Gobierno vasco a principios de octubre, su nota ha subido con respecto a abril, salvo la de Arantza Quiroga, que revalida en idénticos términos el 3,2 que cosechó en 2011. Los datos parecen elocuentes: el 5% de los vascos muestra su preocupación por la corrupción y el fraude, cifra que en el caso de los españoles, según el CIS de octubre, se dispara hasta el 32%.

El lehendakari Urkullu es el único que aprueba, con un 5,2, y también el único que lo hace mayoritariamente, ya que el 58% de los encuestados le ha concedido una nota superior al 5. En la entrega de abril, se quedó con un 4,9. El resto suspende, pero también bate sus marcas de abril: Laura Mintegi, de EH Bildu, obtiene un 4,8, seis décimas más; Patxi López, del PSE, logra un 4,1, por encima del 3,7 de hace unos meses; y Gorka Maneiro, de UPyD, sube desde el 2,5 al 2,8.

El sondeo aborda el debate sobre la reforma educativa del ministro Wert, con solo un 5% a favor, frente al 52% que la rechaza. Empatan al 39% quienes piden a Lakua que la desobedezca y quienes reclaman que negocie con Madrid para no aplicar todos sus puntos. Sobre la independencia, un 25% está de acuerdo y el 29% la rechaza, pero son más los indecisos, con un 31% que estaría a favor o no según las circunstancias.