Bilbao. El PSE perfila su sentido de voto ante los Presupuestos de Iñigo Urkullu. Tras la intensiva sesión de ayer, que abarcó una reunión matinal del grupo parlamentario y un cónclave vespertino de la Ejecutiva, el partido de Patxi López pudo hacer balance de las negociaciones con el PNV, que han transcurrido sin mayores sobresaltos, y fijó su postura ante las Cuentas del próximo año, una decisión que hará pública hoy en rueda de prensa. Tras haber firmado un pacto global con los jeltzales, que abarcaba no solo los ingresos, sino el destino de esos fondos extra y su plasmación en partidas presupuestarias concretas, la enmienda a la totalidad parecía descartada, aunque el PSE se había resistido hasta ahora a verbalizarlo oficialmente. Ayer, sin embargo, fuentes socialistas consultadas por DNA admitieron lo evidente: que solo cabe pronunciarse a favor o abstenerse. Las mismas fuentes avanzaron que presentarán enmiendas parciales centradas en el empleo.
No se espera que el PSE vaya hoy más allá de anunciar que no vetará las Cuentas. Es decir, podría no concretar si se abstiene o vota a favor. En cualquier caso, cabría interpretar que no podrá anunciar un voto a favor mientras tenga en cartera unas enmiendas parciales que deberán negociarse y que acreditan que persisten las diferencias. Por tanto, si dice que va a presentarlas, como mucho hoy podría anunciar su abstención, pero no tiene por qué ser así: es muy probable que esas enmiendas hayan sido pactadas con el PNV y se reconduzcan, de modo que el PSE podría apostar hoy mismo por el voto a favor.
Ese matiz no quiere decir que todas sus enmiendas vayan a aceptarse, ya que también podría suceder que algunas sean enmiendas de partido, que busquen simplemente lanzar un guiño a sus militantes y dejar patente su descontento en áreas concretas, sin que esas discrepancias resulten tan vitales como para votar en contra. Su voto a favor brindaría a Urkullu la mayoría necesaria para aprobar sus Presupuestos, y resultaría vital si PP y EH Bildu votaran en contra.
En las últimas jornadas, jeltzales y socialistas han buscado un acuerdo y han logrado reconducir sus discrepancias sobre los planes comarcales de empleo, afinando las subvenciones que destinará Lakua a los ayuntamientos para que contraten a parados. El detalle no resultaría anecdótico, ya que ese punto inquietaba a los socialistas y ha sido una de las áreas en las que más han tenido que trabajar para acercar posturas. Sin embargo, el socialismo sigue marcando distancias en otras cuestiones como el Bono Cultura, activado durante la legislatura de López. La Diputación de Bizkaia ha puesto en marcha esa medida en el herrialde, pero el socialismo aspira a incluirla en las Cuentas de Lakua para 2014. Es previsible que una de sus enmiendas aluda a ese punto.
Las negociaciones con el PP no parecen tan encarriladas. Fuentes populares consultadas por este periódico matizaron que no darán su apoyo a Urkullu simplemente a cambio de que el PNV no obstaculice la aprobación de sus Cuentas en Araba. "No es esa la cuestión", zanjaron. En concreto, quieren que replantee la política de endeudamiento para los próximos diez años, que reduzca el gasto corriente, y que aborde inversiones en materia educativa y social. El PP aclarará si presenta o no una enmienda a la totalidad mañana mismo, en una rueda de prensa de su portavoz económico, Antón Damborenea. En cualquier caso, y aunque anunciara una enmienda a la totalidad, no tendría por qué ser definitiva y aún tendría margen para retirarla: esas mismas fuentes dicen que apurarán las conversaciones hasta el próximo lunes, cuando acabe el plazo para presentar enmiendas. Desde ese punto de vista, el PP podría anunciar un veto el miércoles para acometer las negociaciones desde una posición de fuerza.
Sin 'cambio de cromos' En un primer momento, se interpretó que los populares facilitarían la aprobación si el PNV hacía lo propio en la Diputación de Araba y en Gasteiz, donde el partido de Arantza Quiroga gobierna en minoría. Habían dejado dejado caer esa idea incluso durante la negociación del pacto fiscal, insinuando que el respaldo a los Presupuestos de Javier de Andrés allanaría su incorporación al acuerdo sobre los impuestos. El PNV matizó que las Cuentas exigirían una negociación diferenciada. Más tarde se especuló con que el PP pactara su apoyo a las Cuentas a cambio de que los jeltzales respaldaran las suyas en Araba. El PP sería el mayor interesado, ya que al PNV le basta con los votos del PSE en el Parlamento.