ginebra. La incertidumbre sobre un posible acuerdo preliminar relativo al programa nuclear iraní dominó las difíciles negociaciones que se celebraron ayer por cuarto día en Ginebra, ya que las delegaciones de Teherán y las seis potencias se mueven en torno a un optimismo que revive y se diluye por momentos. La euforia que se apoderó anteayer de los observadores y periodistas por el anuncio de la reunión de los ministros de Exteriores de Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemani, fue disminuyendo ayer.
Los jefes de la diplomacia de Francia y del Reino Unido, así como negociadores rusos, dejaron claro mediante breves declaraciones a los periodistas que "el pan se puede quemar en la puerta del horno" y que hasta el último segundo no se puede cantar victoria. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohamed Javad Zarif, enfatizaba a la prensa de su país que las "posibilidades de un acuerdo siguen vivas".
divergencia Diversas fuentes confirmaron ayer que el último tema importante de divergencia es el relacionado al funcionamiento del reactor nuclear de Arak (noroeste de Irán), que está en construcción y podría producir plutonio 12 a 18 meses después de empezar a operar. Además, este elemento es capaz de reemplazar al uranio enriquecido en la fabricación de una bomba atómica. Así, conforme transcurría la mañana de ayer, el entusiasmo se fue enfriando, aunque de todos los lados se aseguraba que la resolución común era negociar sin pausa con la idea puesta en superar las diferencias que quedaban en el aire.