En el PP, quien la hace la paga, que cada uno aguante su vela". Aquel aviso a navegantes que el pasado 17 de enero aireó María Dolores de Cospedal en el prólogo del caso Bárcenas no fue una aseveración escogida al azar, sino que respondía a la estrategia de la número dos de los populares intuyendo lo que se avecinaba. Aludía a que solo respondía por sus cuentas, a la responsabilidad individual de haber declarado los sobresueldos a priori legales, como matizó Rajoy en su declaración del 1 agosto, y no por las del pasado, que eran competencia de Javier Arenas y Francisco Álvarez-Cascos, ilustres del aznarismo, que, como ella, tendrán la ocasión la próxima semana -martes los dos primeros, y miércoles la presidenta de Castilla-La Mancha- de responder ante el juez Ruz de las acusaciones de su extesorero. Eso sí, en el tribunal de la calle Prim los alegatos de cada uno se moverán en coordenadas bien diferentes.

cospedal, al contraataque

Ocasión para la venganza

Si hay palabra que defina la relación actual de Cospedal hacia Bárcenas es la inquina, ya que las 109 páginas de la declaración de quien llevara los dígitos contables del PP durante dos décadas desprenden un evidente rencor hacia la dirigente, cuya encrucijada le obliga a explicar el aporte de una comisión a cambio de la concesión de un contrato de limpiezas del Ayuntamiento de Toledo al grupo Sacyr Vallehermoso, y que asciende a 200.000 euros, recibís incluidos. En la tesitura de negar haber aceptado sobres con 40.000 euros de mano de Bárcenas en los despachos del Senado, Cospedal no olvida el trago que le hizo pasar para relatar el famoso "finiquito en diferido", ni él cuando en marzo de 2010 amenazó al propio Rajoy que la destruiría si continuaba contaminando a la prensa contra su persona. Fue ella la que se desprendió del extesorero al conocerse sus primeros 22 millones de euros en Suiza y la primera en interponer una demanda personal contra él al publicarse la contabilidad B, que incluía dos epígrafes de 2008 con su nombre de 7.500 euros al trimestre. Poco o nada más podrá aportar Cospedal, y a ello se aferrará de la completa relación de manuscritos porque la presunta financiación ilegal acaba sobre el papel cuando se hizo cargo de la Secretaría General del PP.

arenas, el amigo del alma

El escudo del extesorero

Muy distinto fue el trato amistoso y cercano entre Bárcenas y Arenas, quien deberá dar cuenta de la reunión que se celebró en el despacho del ahora presidente ese 2010, con la presencia de la mujer del extesorero, Rosalía Iglesias, donde se diseñó la pauta de defensa procesal a cambio de que el preso de Soto del Real callara para siempre, de que "resistiera", como le animaba Rajoy en los mensajes de móvil. El exministro, mano derecha de Aznar entre 1999 y 2003, era de los que controlaban los pagos en negro a la cúpula, fijando las cantidades exactas a entregar. Con Bárcenas compartía sol, playa y pádel en la Costa del Sol, y fue quien respaldó que siguiera a su disposición un despacho en la sede de Génova cuando abandonó el partido, en la planta tercera, puerta con puerta. De ahí que en su declaración, quien manejaba las finanzas apenas apuntara contra el dirigente andaluz, aunque fuera quien le recomendó que al limpiar la caja le diera los 4.900 euros sobrantes a Rajoy. Sí apostilló que Arenas se benefició de unos pagos por compensaciones de la renta de 1993, y es que fue uno de los líderes más enriquecidos con los presuntos extras, hasta con 210.000 euros.

cascos, peligroso 'expatriado'

El gran recaudador

Álvarez-Cascos, embarcado ahora en Foro Asturias, comparecerá sosegado porque aquello que se le imputa ya ha prescrito. Su testimonio preocupa al PP porque, al estar desligado de la formación, puede explayarse sin temor, y es que tampoco Bárcenas se cebó con él pese a ocupar la Secretaría toda una década plagada de apuntes y ejerciendo de recaudador de las donaciones irregulares. Los informes elaborados por la Udef plasman el crecimiento exponencial de las contrataciones con Fomento de Constructora Hispánica, donde Alfonso García-Pozuelo, su dueño, era amigo de Cascos desde los tiempos de la facultad cuando uno y otro estudiaban Caminos. Según Bárcenas, el político asturiano entregó a la caja B seis lotes de dinero por 47 millones de pesetas que le habían concedido empresarios anónimos. También irrumpe en los papeles en calidad de uno de los mayores perceptores, con 412.000 euros, y durante su periodo al frente de Fomento es cuando se usa más profusamente la concesión directa o el sistema de convenio: invitar a cierto empresario a participar en una obra, sistemas de limitación de los concursos públicos que aparecen en un informe policial.

la antigua troupe, desaparecida

Aznar enmudece

Luego está Álvaro Lapuerta, el extesorero cuya enfermedad le priva de estar presente ante Ruz, y quien llamaba a altos funcionarios en ministerios a los que habitualmente trasladaba: "Yo no sé de lo que te hablará -el empresario de rigor-, yo no sé nada pero, por favor, solo te pido que te tomes un café y lo escuches con cariño". Bárcenas acusa a su predecesor Naseiro de idear este sistema de financiación a modo de estructura jerárquica. ¿Y Aznar? Desde que saliera a escena para reprochar la política de Rajoy, se ha evaporado, si bien ayer el pen drive de Bárcenas le colocó bajo los focos. El extesorero imputa sin pudor a dos empresarios, Villar Mir y Luis del Rivero, y se cuida de cargar contra los otros, y más aún de no causar problemas legales a Aznar y Pío Escudero. El expresidente, que introdujo a Bárcenas en el tinglado y sostuvo la mayor parte del caso Gürtel, no ha mencionado una palabra respecto al ahora reo, al igual que Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja -pese a las acusaciones al PP de la CAV-, Ángel Acebes y el resto de la primera fila, algo que, al parecer, también ha molestado a Cospedal, al tener que salir ella a la palestra a defenderles.

El careo pretendido por la oposición entre Bárcenas y tres de quienes han soportado la dirección popular reportaría mayor luz que la irradiará en el juzgado. Al calor de agosto, toca aguardar a nuevas pruebas del extesorero para intuir si el PP puede terminar abrasado o con una simple quemadura en su epidermis. Y si con este paso ante el magistrado habrá nuevas imputaciones.