madrid. Mientras el Gobierno cierra filas en torno al liderazgo de Mariano Rajoy ante las críticas de José María Aznar (dijo el martes que el gabinete debería "cuidar a las clases medias", bajar los impuestos y huir de la "languidez y de la resignación"), el presidente del Ejecutivo asegura que mantendrá el rumbo y en una nueva maniobra rocambolesca, evitaba ayer (hasta en tres ocasiones) las preguntas de los periodistas en una rueda de prensa dada en Bruselas. Pero lo evidente es lo evidente, y las opiniones de Aznar, que según él mismo no habla con Rajoy y que calla ante la pregunta de si lo designaría de nuevo como sucesor, han dividido al PP. La mayoría de los barones se sitúan junto al actual mandatario al grito, pronunciado por el presidente del Congreso, Jesús Posada, de "el tiempo es inexorable y hay cosas que se van para no volver", pero otros, como el madrileño Ignacio González o el navarro Martín de Marcos, añoran precisamente esos tiempos. "Aznar es el mejor presidente que ha tenido España", proclamaba el presidente de Madrid, mientras el presidente del PPN aseguraba sin despeinarse que "nadie del PP está en desacuerdo con Aznar".

respuesta Fue el equipo económico del Gobierno, tanto Montoro (Hacienda) como De Guindos (Economía), el más beligerante con las recomendaciones de Aznar. El titular de Hacienda y Administraciones Públicas, fue muy gráfico en su reacción y dijo que él "estaría encantado de bajar los impuestos ya" pero recalcó que "no hay margen en una recesión económica como esta" y añadió que las "añoranzas y melancolías" las deja "para otro día".

No citó expresamente al presidente honorífico de su partido, pero fue meridiano al señalar al destinatario del mensaje: "Lo digo para las voces que insisten en que hay que bajar impuestos ya" y recordó que las bajadas de impuestos de los Gobiernos del PP se decidieron "cuando la economía crecía a un ritmo del 3 y el 4% del PIB y ahora vamos a caer el 1,4%".

El ministro de Economía, Luis de Guindos, reiteró que en estos momentos "no hay margen" para bajar los impuestos y ha mostrado su "lealtad total" al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy e insistió en que una bajada impositiva y una profunda reforma fiscal como la pedida por Aznar no es viable en tiempos de recesión y espetó al expresidente que "la verdadera presión que sufre la clase media no es tanto los impuestos sino el peso del desempleo" y reivindicó que en arreglar eso está actualmente el Gobierno. Eso sí, De Guindos reconoció que "los debates se plantean libremente".

evasivas Los ministros económicos, apoyados por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaria que dijo respetar la opinión de Aznar pero reclamó "aportaciones" para luchar contra el paro, fueron la voz del Ejecutivo ya que el presidente, se limitaba a no responder salvo para decir que seguirá manteniendo sus políticas económicas y defender la "buena dirección" de su Gobierno, aunque "a algunos les gusten más unas cosas y a otros otras". Es decir, la misma respuesta que habría dado si le hubieran preguntado por cualquier otro tema.

"Yo tengo que preocuparme de lo que tengo que preocuparme", respondía Rajoy en una de sus muchas evasivas ante las preguntas de los periodistas que seguían la reunión de jefes de gobierno en Bruselas para justificarse después aludiendo a que tiene "por norma" no comentar "jamás" las opiniones de expresidentes del Gobierno español. "Mi obligación en este momento, que para eso me han elegido los españoles, es gobernar, tomar decisiones y sacar adelante este país de una situación muy difícil como la que ha vivido y la que está viviendo", completaba Mariano Rajoy.

posiciones Pero, ¿y los barones? Salvo Martín de Marcos e Ignacio González, todos se pusieron del lado de Rajoy, aunque algunos con mayor decisión que otros. Así, al frente de quienes respaldan al actual presidente se situaron ayer el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo y la responsable del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho. El primero sentenciaba que el PP es "un partido de lealtades al presidente". "Y ese partido ha sido leal con el presidente Aznar, es leal con el expresidente Aznar y eso significa, en consecuencia, que tiene una lealtad inquebrantable con el presidente Rajoy". Desde Cataluña Sánchez Camacho afirmaba que es "respetable" la opinión de Aznar, pero defendió la labor que está llevando a cabo el Ejecutivo de Mariano Rajoy: "Está haciendo lo que debe hacer para salir de la crisis".

Más contemporizadores fueron otros como el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, quien consideró "conveniente" que el expresidente del Gobierno José María Aznar pueda dar consejos como "comentario de lo que en su día se hizo para relanzar una economía", pero señalado que la responsabilidad es ahora de Rajoy.

El dato

l 2,2 millones de espectadores. La entrevista al expresidente José María Aznar fue seguida por 2.191.000 espectadores. El minuto de oro se registró a las 21.32 horas, con 2.462.000 espectadores.

la frase

"No hay margen para bajar impuestos. Las añoranzas y melancolías las dejo para otro día"

Cristóbal Montoro

Ministro de Hacienda

Cristóbal Montoro, ayer en el Pleno del Congreso. Foto: efe

El desencadenante: desamparo ante los favores de 'Gürtel'

Fuentes populares admitieron que, pese a que ya sabían que en privado Aznar había dejado entrever en más de una ocasión su malestar por algunas actuaciones del actual Ejecutivo, no esperaban un tono tan crítico hacia la gestión de Rajoy en una entrevista pública en prime time. Según las citadas fuentes, el expresidente trató de hacer una "defensa personal" ante la falta de apoyo que está encontrando en Rajoy por las informaciones sobre la red de corrupción Gürtel que encabezaba Francisco Correa o los presuntos sobresueldos del extesorero del PP Luis Bárcenas, noticias que le "perjudican" en sus actividades fuera de España, principalmente la de conferenciante. "Sale a defenderse porque nadie le defiende", resume una persona cercana al expresidente, que admite que Aznar "va por libre" y no le importa generar problemas.