Guatemala. El exdictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt, de 86 años, pasó ayer a engrosar la lista mundial de genocidas, el primero centroafricano, que han atentado contra grupos nacionales que consideraban enemigos al ser condenado a 80 años de cárcel por un tribunal de su país, como "responsable", en calidad de "autor", de ese delito.

En la histórica sentencia condenatoria emitida el viernes, el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo señaló que "Ríos Montt tuvo conocimiento" de las matanzas perpetradas por las Fuerzas Armadas bajo su mando en contra de los indígenas de la etnia ixil, y que "no lo detuvo a pesar de tener el poder para evitarlo".

Los ixiles son una de las 22 etnias de origen maya que habitan este país centroamericano, y que durante la guerra interna de 36 años que padeció entre 1960 y 1996, fueron considerados por el Gobierno como "enemigos del Estado", por supuestamente apoyar a las fuerzas insurgentes.

la sentencia Según demostró la Fiscalía durante el juicio, entre marzo de 1982 y agosto de 1983, período en que Ríos Montt gobernó de facto Guatemala tras encabezar un golpe de Estado militar, las Fuerzas Armadas bajo sus órdenes asesinaron a 1.771 indígenas ixiles.

"Se ha comprobado que la población civil del grupo ixil fue objeto de asesinatos en forma masiva" por medio de "masacres, torturas, degradación de su dignidad, violaciones sexuales y desplazamientos forzosos", indica la resolución.

Asimismo, consideró que los militares violaron a cientos de mujeres ixiles, destruyeron sus casas, cosechas y animales y utilizaron el hambre como "arma de guerra", entre otros hechos, "con la intención de (hacer) desaparecer a la etnia ixil".

La juez Jazmín Barrios, presidenta del tribunal, durante la lectura de la sentencia aseguró que en el período en que Ríos Montt ejerció como jefe de Estado, se asesinó a al menos el 5,5% de la población perteneciente a esa etnia.

El tribunal condenó al anciano general, de 86 años, a purgar una pena 80 años de prisión, 50 por genocidio y 30 por delitos contra deberes de la humanidad, como la legislación guatemalteca tipifica estos crímenes.

"Los juzgadores consideramos que el acusado José Efraín Ríos Montt conocía todo lo que estaba ocurriendo y no lo detuvo, a pesar de tener el poder para evitar su perpetración", señala la sentencia.

Tras el fallo, el tribunal revocó la "detención domiciliar" de que gozaba el exdictador desde enero de 2012, y ordenó su inmediata detención y traslado a un cuartel militar que funciona como prisión preventiva.

Los supervivientes del genocidio, añadió el tribunal, "sufrieron daños psicológicos que repercuten en su desarrollo, afectan a sus hijos, y (les) provocó daños generacionales".

El genocidio contra los ixiles "se basó en el racismo" existente hacia los pueblos indígenas y que incluso llegó al extremo de "impedir el nacimiento de niños dentro de ese grupo" étnico, dice la sentencia.

Ríos Montt, quien escuchó la sentencia del tribunal con serenidad, en declaraciones a los periodistas insistió en su inocencia y anunció que sus abogados apelaran el fallo, que consideró ilegal por responder a un "show político internacional".

"Es un show político internacional que va a afectar el alma y el corazón del pueblo guatemalteco, pero nosotros tenemos paz porque nunca derramamos o no nos manchamos las manos de sangre de nuestros hermanos", señaló el condenado.

"Me han enjuiciado y me han condenado por genocidio", agregó, porque "el tribunal creyó oportuno verme a mi como genocida, pero el gran problema es que solamente trabajó sobre supuestos elementos de investigación que no tienen ninguna sustentación legal; en consecuencia, todo lo actuado no tiene valor".

las reacciones Las organizaciones de derechos humanos coincidieron ayer en señalar el paso histórico que supone la sentencia contra Ríos Montt. Desde Human Rights Watch (HRW) consideran que se "envía un potente mensaje de que nadie, ni siquiera un ex jefe de Estado, está por encima de la ley". Por su parte, desde Amnistía Internacional consideraron que Guatemala se convierte así en un ejemplo para todo latinoamércia.

El general retirado José Rodríguez Sánchez, quien fue juzgado junto a Ríos Montt por los mismo delitos, fue absuelto por considerar el tribunal que "no tuvo injerencia" en las operaciones contra los ixiles.