Bilbao. Si llegara a lehendakari...
(Se ríe).
Si pudiera condicionar al nuevo o nueva inquilino de Ajuria Enea, ¿qué es lo primero que haría?
Un plan de empleo. Es la principal preocupación de la inmensísima mayoría de los vascos. No un plan de empleo como el que presentó Patxi López hace unos meses, que era la suma de partidas presupuestarias de los diferentes departamentos, sino un plan de empleo real con presupuesto ad hoc, que cree empleo público de manera directa para que a su vez genere empleo indirecto. Estaría orientado hacia la sanidad, la educación, la dependencia, el transporte público, y la sostenibilidad y las energías renovables.
¿Tiene esperanzas de pescar votos en el caladero de los diferentes movimientos ciudadanos surgidos al calor de la crisis y los recortes?
En esta campaña hemos notado que la gente está muy indignada. Nos dicen que están cansados de los mismos mensajes de siempre, de campañas diseñadas para no perder votos. Así que hemos decidido hacer una campaña nada tibia. Somos conscientes de que algunas de nuestras propuestas, de claras que son, pueden no gustar a mucha gente. Decimos que el sistema capitalista actual no es justo ni viable, y que no se puede arreglar; hay que cambiarlo. No sé si nuestro programa convencerá a esa gente, pero aspiramos a trabajar con esas personas. En ese sentido, no creo que haya que enfocar la política como antagónica a los movimientos sociales, sino que debemos trabajar todos en la misma dirección.
A simple vista los programas de Ezker Anitza y Ezker Batua, del que se escindió hace un año, son parecidos. ¿Qué le ofrece al votante que no dé el partido de Javier Madrazo?
En primer lugar, la garantía y seguridad de que nunca dejaríamos gobernar al PP porque no lleguemos a un acuerdo de puestos y de dinero con el PNV [en referencia a la denuncia realizada el año pasado por el jeltzale alavés Xabier Agirre de que junteras de EB habían condicionado su apoyo a su posible investidura a conseguir ciertas prebendas para miembros de la formación]. Es nuestra garantía de honestidad política. No queremos que se nos identifique con esa manera de hacer política. En segundo lugar, porque tenemos la firme voluntad de formar parte de un proyecto federal, el de IU, y europeo. EB solo está a nivel de Euskadi. Además, a diferencia de ellos, no queremos ser la pata roja de un gobierno más grande y, por tanto, tenemos el compromiso firme de no formar parte de un gobierno sea cual sea su sigla.
¿No es un error estratégico romper en dos la opción del voto de izquierdas, federalista y no abertzale?
No, desde nuestro punto de vista. Y vuelvo a lo que pasó en Álava con EB. En política tan importante es ser honrado como parecerlo. Suponga o no una pérdida de votos, la ética y la honestidad política tienen que estar por encima de todo.
EB sostiene que fue Ezker Anitza el que no ha querido una única candidatura para estas elecciones. ¿Hay posibilidad de un futuro en común?
Es cierto que no hemos querido ir juntos, porque no podemos salir a la calle hablando contra la corrupción de otros partidos, llevando corruptos en nuestras listas. Pero las puertas de Ezker Anitza-IU están abiertas para quien quiera cruzarlas.
¿No temen que potenciales votantes suyos acaben inclinándose por el voto útil al PSE?
No parece un riesgo, teniendo en cuenta cómo han transcurrido los tres años y medio de Gobierno de Patxi López y Antonio Basagoiti, que menos un ejecutivo de izquierdas ha sido cualquier cosa. No vale apelar ahora al voto útil de la izquierda cuando has pactado con la derecha de Mariano Rajoy. Cada uno es rehén de las políticas que ha hecho.
Cuando se declara dispuesto a condicionar al futuro gobierno desde un polo de partidos de izquierdas, ¿a qué formaciones se refiere?
A los que se definen de izquierdas, esto es, el PSE y EH Bildu. Y eso a pesar de que esta legislatura el PSE ha hecho lo mismo que Rajoy: recortar las prestaciones sociales. EH Bildu tampoco ha hecho políticas de izquierdas, porque los elementos más significativos de su gestión han sido un acuerdo fiscal con los socialistas que establece el tramo máximo de IRPF cinco puntos por debajo del Estado español y su negativa a la consulta popular en el asunto de los residuos. Aceptar una consulta debería ser el abecé de las formas de gestionar de las izquierdas. La oferta que les hacemos es que, si quieren condicionar determinadas políticas desde la izquierda, podríamos poner condiciones a un Iñigo Urkullu que sea lehendakari en solitario.
¿Se sumaría Ezker Anitza a un pacto para buscar fórmulas que permitan realizar una consulta popular sobre el futuro de este país?
Nos consideramos federalistas de libre determinación. Aspiramos a un modelo de Estado federal pero no impuesto, sino como consecuencia de la voluntad libremente expresada de la ciudadanía vasca. Eso significa que hay que hacer una consulta. Esta misma semana IU fue el único partido no abertzale que votó en el Congreso a favor de la propuesta de ERC de trasladar la capacidad de organizar consultas a las comunidades autónomas.
¿Qué hará el próximo día 22?
Si tenemos buenos resultados, atender a los medios de comunicación.
¿Y el 23?
Quedarme en la cama todo el día con el móvil desconectado.