Ni los cooperantes que trabajan sobre el terreno, ni los propios saharauis o las organizaciones que les apoyan creen que la repatriación urgente organizada por el Gobierno español de los voluntarios que estaban colaborando en los campamentos del Sáhara está justificada y advierten de que la decisión tendrá una repercusión muy negativa en la vida en los campamentos, ya que la ayuda que prestan es indispensable para los refugiados.

Tras la llegada la pasada madrugada a la base aérea de Torrejón de Ardoz de un grupo de quince cooperantes, trasladados desde Tinduf en un avión militar, se han multiplicado las preguntas sobre los motivos para esa repatriación, que -según Exteriores- trata de evitar que los miembros de ONG sean objeto de secuestros por parte de grupos procedentes del norte de Mali. Tanto los propios cooperantes repatriados, entre los que hay al menos cuatro que colaboran con ONG del País Vasco -tres de Mundubat y uno de Hegoa-, como el Gobierno saharaui exigen conocer los indicios que han llevado al ministerio de Exteriores a forzar el regreso de los voluntarios extranjeros y se preguntan por qué otros países que trabajan en la zona no han dado la alerta. Entre el viernes y el domingo han llegado al Estado español unos 57 cooperantes y se sabe que al menos hay uno que ha decidido quedarse en el Sáhara pese a la advertencia del Gobierno del PP. En el grupo repatriado el domingo había dos franceses y un italiano y el viernes también salió de la zona un ciudadano peruano.

Ayer, el Frente Polisario, a través de su delegado en España, Bucharaya Beyun, reclamó al Ejecutivo que concrete la amenaza "inminente" que -según el ministro de Exteriores- pesa sobre los campamentos y lamentó la salida de los cooperantes porque, dijo, su seguridad estaba garantizada. Beyun señaló que la operación de evacuación "es vender la imagen de que en los campamentos va a ocurrir algo gravísimo estos días; nadie nos ha informado de cuál es esa amenaza inminente que pesa sobre los campamentos, que va a dañar a los saharauis humanitaria y políticamente".

más seguridad Para Beyun, esta decisión "precipitada" perjudica la imagen de los saharauis, al plantear dudas sobre su capacidad para garantizar la seguridad y les presenta como un "santuario terrorista". De hecho, las autoridades saharauis incrementaron las medidas de seguridad en torno a los cooperantes a raíz del secuestro de Ainhoa Fernández, Enric Gonyalons y Rossella Urru, que fueron liberados el pasado día 18 después de permanecer nueve meses secuestrados.

Las principales asociaciones con presencia en los campamentos saharauis de Tinduf manifestaron su rechazo a retirar a los cooperantes, lo que supondría "ceder al chantaje" de los grupos violentos. "La inseguridad que pueda existir en estas regiones del mundo, por muy real que sea, no puede ser la justificante para ceder al chantaje y dejar abandonados a sus suerte a decenas de miles de refugiados cuyas vidas dependen totalmente de la presencia y el sacrificado trabajo de los cooperantes y gente solidaria con y para ellos", señalaron las asociaciones firmantes en un comunicado.

El presidente de la Coordinadora de esas asociaciones, José Taboada, aseguró que la repatriación responde a una "operación de imagen" del Gobierno y recordó que 5.600 niños saharauis están pasando sus vacaciones de verano en el Estado español, de forma que, si la situación es tan grave, quizá no deberían volver a los campamentos de refugiados.

Por su parte, el ministro de Exteriores saharaui, Mohamed Salem Uld Salek, mostró su pesar por la decisión del Gobierno español y subrayó que tendrá una repercusión negativa para los miles de refugiados,. Uld Salek mostró su esperanza de que los cooperantes "regresen lo antes posible" para que puedan "continuar su noble misión de ayudar a decenas de miles de refugiados saharauis, víctimas de la ocupación militar de su territorio".

Imagen de la llegada a Torrejón de Ardoz del grupo de quince cooperantes, el domingo de madrugada. Foto: efe