vicepresidenta primera del gobierno

madrid. La vicepresidenta primera del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo ayer que España vive uno de los momentos "más traumáticos, dramáticos y difíciles" de su historia reciente al presentar las medidas de ajuste aprobadas por el Consejo de Ministros que van a suponer, dijo, "sacrificios importantes".

Flanqueada por los ministros de Economía, Luis de Guindos, y de Hacienda, Cristóbal Montoro, la vicepresidenta dio a conocer las medidas aprobadas ayer que vienen precedidas de un anuncio de ajustes por valor de 65.000 millones de euros.

Sáenz de Santamaría admitió que son medidas "que no son sencillas, fáciles ni populares", ya que "les estamos pidiendo a muchísimos españoles que están en una situación ya complicada sacrificios importantes para sacar adelante el país".

Por ello, ha adelantado un esfuerzo de consolidación fiscal por la vía del gasto y el ingreso", porque "no hay más remedio para tapar el agujero de las cuentas públicas", ya que los intereses de la deuda se detraen de partidas como la educación y la sanidad a un nivel de intereses que "no podemos mantener durante mucho tiempo", admitió.

Entre otras, anunció para el segundo semestre veinte leyes que tienen como objetivo la reforma de las administraciones públicas. También recordó que se va a aprobar una ley contra el fraude laboral y un código penal en materia económica, con una regulación más rigurosa del delito fiscal y contra el mal uso de recursos públicos, con la inhabilitación de gestores que oculten cuentas o las falseen.

"responsabilidad" El Gobierno, afirmó Sáenz de Santamaría, debe actuar con "responsabilidad, rigor y realismo" porque hay "miles de españoles que viven al límite de sus posibilidades". "No hay que quitarle al país ni un ápice de la gravedad de la situación que vive ni al Gobierno ni un ápice del rigor con que tiene que actuar", recalcó.

Según la vicepresidenta el Ejecutivo tiene ante sí dos escenarios: "no hacer reformas y renunciar a lo que ha conseguido España" o por el contrario "hacer las reformas necesarias" porque "los españoles somos los mismos".

Además, elogió al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, por ser "valiente", dar la cara y haber pedido a los ciudadanos un esfuerzo "sin disimulo ni demagogia".

Reconoció que se han tenido que tomar decisiones que no se habían incluido en el programa electoral del PP, pero que se han adoptado "sencillamente porque no había otra posibilidad de sacar adelante este país" después de haberse constatado que el que déficit público era 3 puntos superior al que había comunicado el anterior Gobierno.

"Si el déficit hubiera sido del 6% o del 6,5% no se hubieran adoptado de ninguna de las maneras", enfatizó.

Rajoy afrontó "lo que tiene que hacer un presidente del Gobierno", añadió antes de señalar que "a veces hay que abdicar de determinadas cuestiones porque si se trata de salvar el país y su economía, hay que hacer cosas dolorosas pero necesarias". El jefe del Ejecutivo no "disfrazó" ninguna medida, sino que planteó a los españoles la dificultad del momento y la de él mismo de tener que adoptar esas medidas.

Pero fue una decisión "firme e irrevocable de hacerlas cumpliendo con su obligación de presidir un país en uno de los momentos más difíciles". "Ojalá que algunas de estas medidas no las hubiéramos tenido que adoptar", reiteró.