Vitoria. El PSE no quiere ni oír hablar del adelanto electoral que plantean el resto de las fuerzas vascas casi a coro. No ve motivos para hacerlo, e incluso cree que PNV y PP, dos de los principales adalides de esta reivindicación, ya se han "rendido a la evidencia" de que a esta legislatura aún "le queda mucha vida por delante", como demuestra que incluso se hayan ofrecido a negociar los Presupuestos del año que viene. "¿Destierra entonces el debate sobre el adelanto electoral?". "¿Qué debate?", se limitó a responder ayer tajante y flemático el secretario general del grupo parlamentario socialista, Óscar Rodríguez, dejando flotar un significativo silencio tras sus palabras en la sala de prensa del Parlamento Vasco.
Rodríguez hizo estas valoraciones durante la presentación del balance que hace el PSE del curso que quedó cerrado el pasado jueves, pese a que la Cámara seguirá avanzando durante este mes en algunos temas atrasados. Y a él se aferró para defender el futuro de una legislatura que presentó como muy "fructífera". "Se ha recuperado el pulso legislativo", subrayó, recordando que se han aprobado un total de 18 leyes, a las que se podrían sumar las otras 17 que están en tramitación; un número que, según destacó, es ya muy superior al que lograron los anteriores equipos que gobernaron en solitario.
Asimismo, el representante socialista quiso subrayar la "capacidad de pacto" que ha demostrado su partido, convirtiendo en virtud la necesidad que refleja el hecho de que la formación del Gobierno deba bregar en la Cámara contando con sólo 25 de sus 75 parlamentarios; especialmente tras la ruptura del pacto que mantuvo con el PP vasco. En este sentido, además del valor "cuantitativo" del bagaje legislativo, destacó también el cualitativo, desgranando el contenido y el alcance de las principales leyes que han sido aprobadas. La mayoría, subrayó, destinadas a "garantizar derechos" de los ciudadanos ante "la que está cayendo" por efecto de la crisis. Asimismo, Rodríguez dedicó un espacio aparte a los avances que se han dado en este periodo en materia de pacificación y convivencia. "Pasos de gigante" que solo el tiempo permitirá valorar en su justa medida, aseguró, incidiendo así en otro de los puntales que vertebró la hoja de ruta de Patxi López de cara a su paso por Ajuria Enea.
"Las derechas" Pero, como admitió Rodríguez, en esta etapa "no todo han sido acuerdos". Y, en este sentido, recuperó un discurso ya ensayado por otros portavoces socialistas que podría convertirse en ariete de su próxima campaña electoral: el que vincula en una unidad de acción partidista y ajena a los intereses de los ciudadanos a PNV y PP, dos de sus principales rivales, a los que señaló reiteradamente como "las derechas".
Su crítica fue por barrios comenzando por el de los jeltzales, a los que acusó de limitar su actividad parlamentaria a "sestear" y "poner palos en las ruedas del Gobierno" con el único fin de ver caer a López y recuperar la Lehendakaritza cuanto antes. "Han registrado 7.800 iniciativas de control por sólo una proposición de ley", aseguró, y por eso se limitan a reclamar elecciones "de forma cansina"; una estrategia "a la que se ha sumado de forma entusiasta el PP", dejó caer, para desplazar así su crítica al barrio popular, a los que acusó de "anteponer su solidaridad con el Gobierno de Rajoy a su solidaridad con los ciudadanos". "Y eso tendrá difícil explicación ante los vascos", vaticinó recuperando el pulso preelectoral.
Así, tras ubicar de nuevo a las dos derechas "conjuradas" para obstaculizar la aprobación de leyes -para lo que puso de ejemplo el estancamiento que les acusó de producir en el desarrollo de la Ley Municipal-, volvió a apelar a su responsabilidad. A que "estén a la altura" de la actual coyuntura "y se dejen de entretenimientos" como el tan traído y llevado adelanto electoral. "Ahora es obligación del Gobierno trabajar los Presupuestos y sería obligación de la oposición arrimar el hombro para sacarlos adelante", dijo, apelando especialmente a un PNV que, deslizó, "presume permanentemente de patriotismo" pero debe demostrarlo con hechos.