Vitoria. Cuando llegue la campaña electoral, hablando en términos legales, de las autonómicas a los partidos vascos en liza les van a quedar pocos ases en la manga. Cierto que esta precampaña será de las más largas que se conozca, prácticamente se inició el día uno de legislatura, pero la ruptura oficializada por el PP hace casi dos semanas del Acuerdo de Bases y la consiguiente incógnita del adelanto electoral han acabado por activar la maquinaria. Si el anterior fin de semana tocaba a los populares escenificar su particular arranque, éste ha sido el elegido por socialistas y jeltzales para ir midiendo fuerzas. Los primeros, reuniendo a buena parte de los consejeros del Gobierno Vasco con el lehendakari al frente en el BEC, en una jornada dedicada a la Margen Izquierda y zona minera. Los segundos, en el Euskalduna, con Andoni Ortuzar haciendo balance del primer año de legislatura foral y municipal en Bizkaia.

Porque si durante esta semana se ha empezado a perfilar la batalla descarnada que PP y PSE pueden protagonizar de cara a la próxima cita con las urnas en Álava, el combate de Bizkaia entre socialistas y jeltzales amenaza con ser igual de encarnizado. Ayer, Patxi López y el presidente del Bizkai Buru Batzar no hicieron sino renovar la contienda que durante toda la legislatura han venido protagonizando Gobierno Vasco y diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, con el último hito en la asamblea de Cebek del pasado miércoles, otra vez a cuenta de la reforma fiscal.

El PNV se sumó ayer a las voces que piden un adelanto electoral -hasta ahora habían instado al lehendakari que se sometiera a una cuestión de confianza en el Parlamento Vasco- para "acabar ya con esta precariedad". "Que escuche al pueblo", reclamó Ortuzar contraponiendo, a la labor del PSE en Lakua, la gestión de los jeltzales en las instituciones vizcaínas -"las instituciones de Bizkaia tienen disciplina presupuestaria, el Gobierno ha multiplicado la deuda por ocho en tres años, ha doblado el déficit previsto y no para de recortar"-. Ejercicio paralelo al realizado por Patxi López, aunque sin ni siquiera aludir a la convocatoria electoral y desde la perspectiva radicalmente contraria: "Los datos de Bizkaia son los peores de toda la comunidad, podrían dedicarse a gobernar en lugar de hacer chistes fáciles sin ninguna gracia".

Las estrategias electorales de PSE y PNV se tendrán que adecuar a tendencias diferentes: mientras el objetivo socialista habrá de ser frenar la sangría de las últimas citas electorales, para lo que la política económica y la configuración del escenario en términos izquierda-derecha será una baza fundamental; el PNV se enfrenta a unos comicios en ciclo ascendente, con la incógnita de qué espacio le puede comer Amaiur, pero con el asidero de intentar unir los destinos de PP y PSE al declive económico de la legislatura vasca.

De este modo, Bizkaia puede ser un terreno de juego electoralmente interesante para ambos, como plaza fuerte jeltzale pero también como "casa" de un PSE -así lo definió en su intervención López- que no en vano dedicaba ayer su acto a la Margen Izquierda. En Álava, las primeras escaramuzas entre los antiguos socios ya se han vivido esta semana, a cuenta de las concesiones de obras del TAV y las inversiones del Ejecutivo en la Green Capital.

En este sentido, el lehendakari explotó en su discurso en el BEC varios elementos para apuntalar el eje izquierda-derecha, es decir, su diferenciación del que hasta hace apenas dos semanas fue su socio preferente, pero también del PNV. No fue casual que hiciera su balance de legislatura en torno a tres "valores" -"libertad, igualdad y solidaridad"- calcados del lema de la República francesa. Francia está de moda porque en François Hollande se mira toda la izquierda europea, un elemento que unido a la inestimable ayuda prestada este viernes por las autonomías de Madrid y Valencia, gobernadas por el PP, disparando el déficit sirvió para articular el discurso antirrecortes de López cuestionando el argumento de "la herencia de los socialistas".

No dudó incluso el lehendakari en interpretar la desconvocatoria del paro en el sector público por parte de ELA como la evidencia de que "el Gobierno está defendiendo a capa y espada los servicios públicos".

En este contexto, el debate fiscal sigue siendo para el PSE un punto clave -"¿cómo se entiende que el Gobierno lleve dos años planteando la necesidad de abrir el debate fiscal para distribuir mejor beneficios y cargas (...) y ahora el diputado general de Bizkaia anuncie que para finales de este año la Diputación va a hacer una reforma fiscal completa?", reprochó López- y el Pleno monográfico del próximo día 28 en el Parlamento Vasco es prueba de ello. "En Euskadi hemos caído en la recesión -replicó Ortuzar-. Y el Gobierno sigue dando tumbos, sin política económica y sin política industrial. En lugar de hacer lo que tienen que hacer, se dedican a abrir debates. En lugar de gestionar se dedican a parlotear. Las instituciones gobernadas por el PNV están a lo que tienen que estar".

Los jeltzales, fieles a su estrategia de partido responsable, insistieron ayer en su papel para sacar adelante la Ley de Cajas -sobre el acuerdo labrado con el PP- y en su voluntad de "seguir trabajando para que Euskadi cuente con una Ley Municipal con el máximo consenso": "Somos y vamos a ser responsables, pero la principal responsabilidad colectiva es propiciar ya un nuevo tiempo político para este país", mensaje para el lehendakari que ayer no dio ninguna pista al respecto.