vitoria. La Ertzaintza detuvo ayer en la localidad vizcaína de Sestao al presunto responsable de un ataque contra un cajero automático perpetrado de madrugada antes de que arrancaran las movilizaciones del 1 de Mayo.
El incendio se produjo sobre las cuatro y media de la mañana, al parecer de forma intencionada, en un cajero de una entidad bancaria de la calle Gran Vía de Sestao. A esa hora, un particular alertaba a la Ertzaintza del suceso y poco después varios agentes, junto con una patrulla de la Policía Local, acudían a sofocar el incendio con extintores, aunque no pudieron evitar que el cajero quedara totalmente calcinado y la fachada del edificio bajo el que se ubicaba la entidad bancaria atacada quedara también parcialmente ennegrecida. En el lugar de los hechos, los agentes encontraron un bidón con líquido inflamable.
herido de gravedad Poco después de que se sofocaran las llamas causadas por este ataque, alrededor de las cinco y media de la madrugada, el supuesto autor del incendio ingresó con quemaduras graves en piernas y brazos en un centro hospitalario, presuntamente causadas tras prender en su ropa parte de la gasolina con la que habría rociado el cajero que resultó atacado. Y allí mismo, en el hospital de Cruces, fue donde la Ertzaintza procedió a arrestarlo, por lo que pasó estas primeras horas de ingreso vigilado y en calidad de detenido.
El presunto responsable de los hechos tiene 36 años y antecedentes por "participar en desórdenes públicos", según informaba ayer el Departamento vasco de Interior, por lo que se sospecha que este ataque tiene que ver con los que en los últimos meses se han venido sucediendo en el marco de un rebrote técnico de kale borroka teñida de tintes sociales, lo que le lleva a centrarse en las estructuras bancarias y laborales a las que parte de la sociedad atribuye la responsabilidad de la actual espiral de crisis económica que amenaza vía recortes al propio Estado del Bienestar.
Localidades como Agurain, donde quemaron una oficina de Lanbide, y las capitales de Hegoalde, han sido testigos desde comienzos de año de ataques de este tipo, de los que la izquierda abertzale no dudó en desligarse en un primer momento aunque luego, quizá para trasladar que nada tienen que ver con su estrategia, no los ha vuelto a valorar. "Cualquier expresión de violencia está fuera de lugar", decían desde Amaiur, lo que despertó el reconocimiento del propio Gobierno Vasco, que rechazó que se puedan atribuir a una lucha callejera "organizada y planificada" desde este ámbito y atribuyó estos actos, en el peor de los casos, a "nostálgicos" de la violencia callejera.