Vitoria. El Parlamento Vasco asistió por fin ayer al nacimiento de la ponencia que tratará de allanar la llegada de la paz y la convivencia normalizada al escenario vasco. Como se venía especulando, este órgano trabajará finalmente sin presidente; la receta que los grupos acordaron para no trastocar el frágil consenso que la sostiene. Y tras su constitución, sus integrantes se mostraban tan contentos como esperanzados de que pueda resultar "útil" -ausencias al margen-, aunque las discrepancias que deberá vencer en su camino se revelaban en la interpretación que hizo cada sensibilidad de lo que entiende por utilidad.

Fue una reunión de apenas media hora en la que quienes protagonizarán esta mesa pusieron los cimientos de su trabajo, que intentarán que tenga un ritmo semanal arrancando este mismo viernes o el miércoles de la semana que viene; "dependiendo de la agenda parlamentaria", destacaron unos grupos ansiosos por explorar su recorrido.

Desbrozar el camino El crédito que queda a la actual legislatura se angosta cada día que pasa mientras las elecciones asoman en el horizonte, y a la salida de esta breve cita, la mayoría optaba por mirar a largo plazo para ampliar su recorrido potencial incluso más allá de la próxima cita con las urnas. "Debemos aprovechar lo que queda de legislatura porque el camino que se recorra servirá para la siguiente", explicaba el representante jeltzale, Joseba Egibar, que añadía que este foro "va a acercar las posiciones de cada formación y ayudar a comprender la posiciones del otro" desanquilosando el diálogo entre diferentes; "la herramienta imprescindible para practicar todas estas labores" destinadas a "consolidar unos valores que se resumen en el respeto a las personas y sus derechos", defendió. "Posibilitará el diálogo directo y discreto", coincidía desde ETB el comisionado para esta cuestión del Gabinete López, Jesús Loza, que adelantaba que él ya dialoga con Bildu.

En la misma línea se pronunciaron los que serán sus compañeros en este viaje. José Antonio Pastor, del PSE, dijo ver "buenos mimbres" para lograr consensos en estos ámbitos, y Aintzane Ezenarro, de Aralar, defendió un proyecto con el que, a su juicio, el Parlamento estaba obligado a "aportar" a la consolidación de esta oportunidad para la paz. Envuelta como está en la crisis interna que descarnó su apoyo a una ponencia que no garantiza la presencia de la izquierda abertzale ilegalizada en pie de igualdad con los demás participantes, Ezenarro insistió en su defensa de que con esta mesa "se abre una oportunidad para un diálogo incluyente, entre todos," que además añade el plus de contar con un PP que "hasta ahora se había negado a participar de un esquema de diálogo". Por eso reclamó una vez más a quienes rechazan su postura -la Ejecutiva de su partido, EA y UPyD, que no participan de las bases que sostienen este foro- que le den "un voto de confianza" y formen parte de este proyecto viviéndolo "como una oportunidad", una postura que remachó Mikel Basabe posteriormente en el Pleno subrayando la legitimidad de la institución como foro de debate.

Sin embargo, las costuras del consenso no tardaron en tirar con un PP que, aunque participará, advirtió de que "no contempla" la posibilidad de que la formación ilegalizada sea parte de ese diálogo entre todos.

Los dos "desafíos" "Hasta que no condenen el terrorismo, poco pueden aportar para la pacificación de este país", decía el portavoz popular, Antón Damborenea, que explicó de una y mil formas que rechazará su presencia en este foro. Incluso en el caso de que Sortu fuera legalizado porque, subrayó, "no se habla de legalidad sino de pacificación", lo que le llevó a insistir en que se opondrá a toda participación de cualquier representante de este mundo.

Así, dos son los desafíos que se plantean para esta recién nacida ponencia: definir su objetivo y la forma en que se puede articular la participación de la sensibilidad que vive fuera del Parlamento por efecto de la Ley de Partidos. "Espero que sirva para deslegitimar la cultura de la violencia", decía Damborenea, mientras los demás eludían entrar aún en este barro, revelando así el camino por andar. Todo "dependerá de la voluntad" de los integrantes. "Tenemos que dar con un guión sobre el que podamos trabajar y recabar información de instituciones y personas que creamos que puedan aportar", resumían con tino Mikel Arana (Ezker Anitza), y Egibar. En este sentido, el portavoz jeltzale abría la puerta a "otras modalidades" para posibilitar la participación de la sensibilidad ilegalizada, como la de las aportaciones por escrito, en un discurso en el que, si bien rechazaba que fuera a haber "vetos" y apostaba por un "guión abierto", advertía de que esta ponencia tampoco puede convertirse en "una pasarela" por la que los diferentes invitados lleguen al Parlamento a "dar conferencias". El resultado de este pulso se desvelará tras la próxima reunión.