Madrid. "Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir". Con estas once palabras, que ya pasarán a la historia como la primera disculpa formal pronunciada por un monarca español ante las masas, Juan Carlos I de Borbón, con apariencia compungida, trataba de apagar las iras que su safari en Botsuana ha desatado entre la ciudadanía.
Sin embargo la cuestión no es la petición histórica de perdón, sino si esta bastará para frenar la tormenta desatada sobre la figura del monarca en particular (de 74 años de edad) y sobre la monarquía constitucional como modelo de Estado. Mientras la derecha y los dos grandes partidos que sostienen la alternancia en el Gobierno (PSOE y PP) cierran filas en torno a la "grandeza" del gesto y evitan debates más profundos (Rajoy y Rubalcaba callan), la vertiente del republicanismo trata de explotar el filón abierto por la muerte de un paquidermo. Desde la petición de que el rey y sus andanzas se sometan, al igual que hace el Gobierno, al control parlamentario (lo defienden Izquierda plural y UPyD) hasta quien pide abiertamente un referéndum sobre la monarquía (IU y ERC), las posturas son diversas, pero todas, desde el espectro de la izquierda, confluyen en un mismo punto: las excusas no bastan.
Suficiente Ante una sola cámara, con mirada vacua y gesto senil, en la puerta de la habitación que durante cinco días ocupó en el Hospital San José de Madrid y tras recibir el alta, el rey pronunció las once palabras para la historia y la maquinaria para exculparlo se puso en marcha. La duda es si el arrepentimiento del monarca es lo suficientemente sincero como para que permita que su papel institucional sea fiscalizado, en primer lugar, por el poder legislativo del Estado y, en segundo lugar, por la ciudadanía. Ahí está la cuestión y esa es precisamente la que quieren evitar abordar quienes aún ven en la monarquía parlamentaria la única garantía para un Estado democrático en España.
El PP fue el primer partido en reaccionar y, tras desear una "pronta recuperación" al monarca, mostró su absoluto "respeto" a la monarquía dejando claro que esta institución "está en sintonía con lo que el pueblo español espera y necesita de ella". A partir de ahí llegaron las frases grandilocuentes: el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, dijo que el rey es "un hombre que sabe estar en cada momento" y que "siempre ha sabido estar a la altura de las circunstancias"; el secretario de Estado para la UE, Iñigo Méndez de Vigo, que se confesó "emocionado" con las disculpas, aseguraba que "la gente de buena fe tiene que ver el mérito que tiene que Su Majestad haya tomado esta iniciativa" y, en la misma línea, se pronunciaba la presidenta de Navarra y de UPN, Yolanda Barcina, que afirmó que "honra" al rey "reconocer" su equivocación. El panorama de la respuesta desde la diestra lo completó la Generalitat catalana que controla CiU y que da por buenas las disculpas del rey. Igual que la dirección del PSOE, más escueta, que aseguró simplemente que "el jefe del Estado ha hecho bien en disculparse".
Insuficiente Pero la realidad es que todo era una puesta en escena. La cámara única estaba preparada, también el que no hubiera más medios e incluso el hecho de que la disculpa fuera breve y escueta. Según fuentes de la Casa real, que decidió el lunes que habría mensaje, iban a ser 10 palabras, pero la inventiva del rey añadió la "y" como nexo de unión entre la disculpa y el propósito de enmienda. El hecho de que fueran otros los que decidieran que Juan Carlos pidiera perdón ha agudizado también el escepticismo, expresado claramente en la frase del diputado socialista por Baleares Pablo Martín Peré que se preguntaba si la frase "no volverá a ocurrir" quería decir que "no hará más viajes similares o que los españoles no se enterarán".
Desde IU su coordinador federal, Cayo Lara, opinó que "la mejor rectificación" se produciría si se promueve la "total transparencia de la Casa Real y se celebra un referéndum para que la sociedad decida qué modelo de Jefatura de Estado quiere".
Finalmente ERC cree que la "opacidad" de la Casa Real no se resuelve pidiendo disculpas, el BNG dice que las disculpas es "lo menos que se podía esperar pero no bastan" y la CHA asegura que "la única salida digna que tiene el rey es abdicar".