Portavoces de Etxerat, durante la rueda de prensa celebrada ayer. Foto: pablo viñas
Etxerat ve "cambios positivos" en la política penitenciaria de Rajoy
bilbao. La llegada del PP de Mariano Rajoy al Gobierno español no ha supuesto, por lo pronto, que la política penitenciaria experimente un vuelco en una dirección gravosa para los reclusos de ETA. Según explicó el colectivo de familiares de presos Etxerat en una rueda de prensa celebrada ayer en Bilbao, se habrían apreciado "tímidos cambios en positivo" durante las últimas semanas en el plano discursivo y a la hora de reagrupar a los presos en módulos dentro de las prisiones.
Desde el colectivo señalaron que esos movimientos se habrían producido en "numerosas" cárceles, aunque rehusaron valorar esa circunstancia más allá del dato de que esos reagrupamientos se estarían produciendo desde septiembre, y de que han continuado en noviembre y diciembre. No obstante, ese detalle resulta significativo teniendo en cuenta que los populares han apostado por el silencio a la hora de gestionar el fin de ETA tras el cese definitivo decretado el 20 de octubre, y teniendo en cuenta que la presión de ciertos colectivos de víctimas y sindicatos policiales hacía prever que ese mutismo se tradujera en un golpe sobre la mesa.
Esas presiones podrían haber movido a Rajoy a cortar por lo sano con cualquier paso emprendido por el gabinete de Zapatero. No ha sido así. Aunque el PP no haya optado por emprender otros movimientos, resulta ilustrativo que, al menos, no haya decidido cerrar el grifo de los pasos del PSOE en ese campo.
El PP, además, ha situado al frente de Instituciones Penitenciarias a Ángel Yuste, que ya digirió el área durante los gobiernos de un José María Aznar que toleró el acercamiento de 190 presos, y parece situarse en una órbita menos inmovilista, aunque sus pasos no hayan ido aún más allá. DNA ya publicó en su edición del 6 de noviembre que PP y PSOE habían pactado una hoja de ruta en materia penitenciaria.
condiciones Por su parte, los portavoces de Etxerat Natxi Aranburu y Oihane Lizaso recordaron que los 665 reos de la organización permanecen divididos en 70 prisiones de 7 Estados distintos, al tiempo que 56 se encontrarían sometidos a la doctrina Parot. En cuanto a la libertad condicional, cifraron en 175 a los que ya habrían cumplido las tres cuartas partes de la condena y permanecen aún en prisión. Sobre los presos que sufren enfermedades graves o terminales, la asociación mostró su preocupación por los 9 reclusos en esa situación, dado que "las prisiones son focos de enfermedades, y la asistencia dista mucho de ser la más adecuada".
Además, los familiares de los reclusos quisieron referirse al aislamiento para considerar que, al igual que "en Guantánamo, Abu Graib o las prisiones israelíes", las situaciones de aislamiento o soledad también habrían hecho mella en los presos. Doce de ellos se encontrarían "completamente solos", según los cálculos de la plataforma.