Las negociaciones diplomáticas impulsadas por Estados Unidos en la ONU para adoptar un instrumento legal que autorice el uso de bombas de fragmentación producidas después de 1980 fracasaron ayer en Ginebra por la firme oposición de medio centenar de países. EEUU presentó hace dos semanas un borrador de protocolo que contradecía la Convención de Oslo, que desde 2010 prohíbe claramente el uso, producción, almacenamiento y exportación de las llamadas "bombas de racimo" sin excepción alguna.