vitoria. El decálogo que el lehendakari López presentó el jueves en el Parlamento para gestionar el fin de ETA, construir un relato "veraz" de la historia del terrorismo y promover la reinserción de los presos pasó antes por Ferraz, y en concreto por las manos del candidato del PSOE en las generales, Alfredo Pérez Rubalcaba. Tanto los socialistas vascos como el propio portavoz del Gobierno español, José Blanco, reconocieron ayer que el documento, que reclama el fin de la dispersión de los presos de ETA si éstos asumen el estatus de presos comunes, forma parte de una estrategia común.
"Esta propuesta no se ha planteado en el aire, se había hablado previamente también con el PSOE, y en concreto con Rubalcaba", afirmaba el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, a quien poco después ratificaba Blanco. Pese a afirmar que "el Gobierno tendrá en cuenta la propuesta" de López, el portavoz del Ejecutivo de Zapatero recordaba que "la política penitenciaria está consensuada entre los dos gobiernos", exactamente la misma frase que pronunció Rubalcaba en Catalunya Radio, según informa Efe.
En realidad, la propuesta, en lo que a los presos se refiere, no difiere en nada de lo que ya practica el Gobierno español, y que pasa por trasladar a la cárcel de Nanclares de la Oca a aquellos reclusos que deciden desvincularse de ETA y pedir perdón a las víctimas, el primer paso hacia una reinserción individualizada.
Los puntos siete y ocho del decálogo del lehendakari hablan precisamente de que sólo tras una ruptura "pública" con ETA y la asunción de "la legalidad" se podrá aplicar de forma "flexible" la política penitenciaria, y ello incluye "el acercamiento progresivo de los penados". Por si había dudas, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, recalcó que la amnistía no cabe en el plan de López, y quizá por ello la izquierda abertzale, por boca de Txelui Moreno, afirmó que el plan es un "un pequeño paso, aunque insuficiente". ¿Dónde se encuentra entonces la novedad de la declaración del lehendakari? En el halo de institucionalidad que supone que el máximo mandatario vasco exponga este plan en el Parlamento, precisamente en el día en el que debe plantear las líneas maestras de su gestión para el próximo ejercicio. Patxi López oficializaba así lo que en Madrid se presenta aún como una actuación que "se rige por la prudencia y la discreción", en palabras de José Blanco, y que "se aplica pero no se cuenta", según Rubalcaba. El candidato aseguró además que la política penitenciaria, como parte de la política antiterrorista, siempre ha sido consensuada con "el resto de los partidos", tratando de desmontar cualquier posible andanada a este respecto desde el partido de Mariano Rajoy, que trata de apartar de la campaña la cuestión vasca para centrarse en la economía. También el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, afirmó que la política antiterrorista la hace el Gobierno "en consonancia con los partidos democráticos, y también con el PP". Ayer su portavoz, Esteban González Pons, afirmaba que "la única salida" debe pasar por que ETA abandone la lucha armada, "pida perdón a las víctimas y entregue todas las armas", un extremo que no choca con lo expuesto por el lehendakari, y ni siquiera con el compromiso que exigen a ETA los firmantes del Acuerdo de Gernika. Por su parte, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, no entraba a valorar lo adecuado o no del plan de Patxi López, sino más bien el hecho de que los socialistas "metan a ETA en campaña" en la actual coyuntura económica, ámbito en el que el PSOE tiene todas las de perder y que tras el anuncio de la adhesión del EPPK al Acuerdo de Gernika ha quedado parcialmente relegado en las portadas de los periódicos. La posición del PP, que cuestiona la forma pero no el fondo de lo dicho por el lehendakari, contrasta con la de víctimas como Ana Velasco, quien aseguró en Onda Cero que se "esta ejecutando el plan de ETA". El lehendakari lanzó ayer desde su blog un mensaje a este colectivo, "olvidar el pasado significa que el asesino dejará de serlo", pero también a otras víctimas de la violencia política. "Hablé del GAL, del lento proceso de democratización y depuración del Estado... y todo ello tratando de poner cada cosa en sus justos términos, sin equiparaciones".
"ocho generalidades" La legitimación de la política penitenciaria de Rubalcaba desde la tribuna del Parlamento Vasco es para el PNV, como para el PP, mero electoralismo de cara al 20-N. "Me molestaría y dolería mucho" que la propuesta fuera "electoralista", aseguró el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, quien recordó que el Parlamento ya pidió el fin de la dispersión en 1997, y el PNV hizo lo propio en 2005. "Estamos ante un lehendakari que presenta un plan con ocho generalidades y dos concreciones, dos propuestas que le competen al Gobierno español y a los poderes del Estado", lamentó, según Europa Press.