Madrid/Barcelona. El movimiento 15-M volvió a tomar ayer las calles de las principales ciudades españolas para reiterar su rechazo a los bancos y a los gobiernos, para mostrar su oposición al Pacto del euro.

Las seis multitudinarias marchas de indignados que recorrieron ayer Madrid hasta converger en la Plaza de Neptuno, a unos trescientos metros del Congreso de los Diputados, criticaron de forma festiva y pacífica el sistema político y el económico y gritaron a favor de una huelga general.

Desde las nueve de la mañana y hasta las dos de la tarde, hora a la que los manifestantes llegaron ante el fuerte cordón policial que evitaba el acceso a las Cortes, las personas que partieron de seis puntos de la Comunidad de Madrid corearon eslóganes ya clásicos del Movimiento 15-M como "Pienso, luego me indigno" o "No hay pan para tanto chorizo".

"Tu 'Botín', mi crisis", "Esta crisis no la pagamos", "Detrás de un corrupto hay seis tertulianos", "Zapatero, lacayo de los banqueros", "¿Izquierda o derecha? Este país está envejecido. Busquemos una alternativa" fueron otras de las numerosas frases escritas por los manifestantes en sus pancartas.

Según el cómputo efectuado por la empresa Lynce, 37.742 personas asistieron ayer a la manifestación convocada por las Asambleas de Trabajadores de Pueblos y Barrios de Madrid con el apoyo del movimiento 15-M y Democracia Real Ya.

Los datos facilitados por esta empresa, dedicada a contabilizar asistentes a manifestaciones y otras aglomeraciones humanas, mediante el tratamiento informático de imágenes fijas y en movimiento, tienen un margen de error al alza del 12%, que podría elevar el número de asistentes hasta 42.271.

La cifra de asistentes aportada por Lynce es la de las personas presentes en la manifestación a las 14.20 horas, cuando el grueso de la misma ya había llegado a Neptuno.

Por su parte, ni la Delegación del Gobierno ni la Policía Municipal ni la Jefatura Superior de Policía de Madrid ni los organizadores informaron sobre el número de asistentes, aunque éstos últimos comentaron que la respuesta a su convocatoria ha sido "masiva".

Las marchas, a las que asistieron personas de todas las edades, incluidos jubilados y familias con bebés, discurrieron bajo un intenso calor de forma pacífica pues previamente las redes sociales y las distintas páginas web en torno al Movimiento del 15-M estaban llenas de apelaciones a evitar la violencia e incluso daban consejos para evitar a posibles provocadores.

Además, los manifestantes, que fueron a paso ligero y consiguieron que se cumplieran los horarios previstos, corearon gritos como "No seas violento", "Violencia es cobrar 500 euros" o "Lo que sí es violencia es no llegar a fin de mes".

Todos insistían en que sólo se representaban a sí mismos y rechazaban cualquier color político y sindical pues, de hecho, las marchas habían sido convocadas por la Coordinadora de Barrios y Pueblos en Lucha, que avalan las asambleas de barrios fruto del Movimiento 15-M y mantienen el carácter independiente que tiene su origen en el espíritu de la acampada de Sol.

El ambiente festivo fue tomando un cariz más reivindicativo al ir convergiendo en la madrileña plaza de Neptuno, cerca del Congreso de los Diputados.

Allí se leyó un manifiesto, con el que se dio por concluida la marcha, en el que se aludió a la convocatoria de una huelga general y a la revolución.

Los organizadores velaron durante los recorridos de las seis columnas -que partieron, entre otros lugares, desde Leganés, Getafe, Vallecas, Hortaleza, Plaza de Castilla y el Corredor del Henares- por la buena marcha de la manifestación, acompañados por cien efectivos de Samur-Protección Civil para asistirles.

La Delegación del Gobierno en Madrid coordinó un numeroso dispositivo policial, integrado por cientos de agentes, que se desplegaron desde primera hora de la mañana por diferentes zonas de Madrid, especialmente en las cercanías del Congreso, y según informaron fuentes policiales, el dispositivo de seguridad, compuesto por Policía Nacional y Municipal, incluyó unidades terrestres y medios aéreos.

Marcha de Barcelona Junto a la marcha de la capital, la de Barcelona fuela más numerosa. En la Ciudad Condal, 75.000 indignados, según datos del Ayuntamiento, y 260.000, según los organizadores, protagonizaron una marcha pacífica por el centro de la ciudad bajo el lema La calle es nuestra, no pagaremos la crisis para reivindicar un nuevo modelo político, económico y social.

La protesta, que comenzó en plaza Catalunya, transcurrió por Via Laietana y Marquès de l'Argentera, para culminar en Pla de Palau y no frente al Parc de la Ciutadella, donde el pasado miércoles se produjeron incidentes violentos en el intento de bloqueo al Parlament.

De forma lúdica y festiva con timbales y cánticos, los concentrados portaron pancartas y corearon lemas contra la clase política y el capitalismo como "No nos representan", "La crisis que la paguen los capitalistas", "El dinero del banquero, para el obrero" y "Hoy la democracia está en la calle", entre otras. Uno de los cánticos más repetidos fue el que pedía la dimisión del conseller de Interior, Felip Puig, y, en menor medida, la del presidente de la Generalitat, Artur Mas.

La marcha, secundada por numerosos jóvenes, pero también personas de todas las edades, incluso ancianos y bebés, discurrió de una forma pacífica, a la vez que reivindicativa, y sólo se vivieron momentos de tensión cuando un pequeño grupo de disidentes increpó a dos agentes de los Mossos d'Esquadra vestidos de paisano.

Organizadores ataviados con chalecos antirreflectantes amarillos redujeron al pequeño grupo, que no llegaba a la decena, al grito de "No a la violencia", y escoltaron a los agentes hasta los furgones de la policía catalana, donde se refugiaron.

El movimiento quiso evitar hechos similares a los del Parlament, por lo que desplegaron un dispositivo de seguridad propio, similar al organizado durante la celebración de la Champions del FC Barcelona en Canaletes, que evitó brotes violentos.

La organización había hecho un llamamiento desde las redes sociales a "sumarse a la revolución pacífica" y había previsto que "si alguien se ponía violento, la consigna es sentarse en el suelo y levantar las manos".

Los Mossos d'Esquadra movilizaron un fuerte control policial, que esperó la marcha a las puertas del parque de la Ciutadella, donde la mitad de furgones se marcharon.

Una vez acabada la protesta, se produjeron tensiones entre los manifestantes que querían acceder al parque y los que buscaban impedir la entrada para evitar posibles incidentes dentro del recinto.

Finalmente se abrieron las puertas del parque y la cabecera de la marcha se fue dispersando por el recinto, mientras de la plaza Catalunya seguía saliendo gente en la cola de la manifestación.

Otras ciudades como Zaragoza, Sevilla o Valencia también acogieron movilizaciones. En la capital aragonesa, miles de ciudadanos protestaron bajo el lema Europa para los ciudadanos y no para los mercados. La capital sevillana acogió alrededor de las 20.00 horas una marcha de unas 7.000 personas que recorrió el centro de la ciudad.

En Valencia, la marcha transcurrió en un ambiente festivo ya que no faltaron bailes, grupos de humor, gigantes y cabezudos, zancudos y grupos disfrazados.

El Pacto por el euro, contra el que el movimiento 15-M y otros colectivos se movilizaron ayer en todo el Estado, pretende impulsar la competitividad de la región. El acuerdo, impulsado por Alemania y Francia y alcanzado el pasado marzo por los líderes europeos, prevé recortes e importantes medidas de disciplina fiscal. Su objetivo es robustecer la economía comunitaria para evitar nuevas crisis que pongan en peligro a los socios más débiles del euro y, en consecuencia, también la estabilidad de la zona euro. El pacto por el euro incluye objetivos anuales individuales que cada país presentará a sus socios cada mes de abril y que este año se aprobarán en la cumbre del próximo jueves y viernes en Bruselas. El acuerdo, también llamado "de competitividad", se estructura en los siguientes ejes:

l Impuesto de sociedades. Alineación del impuesto de sociedades para incrementar la competitividad de la región.

l Jubilación. Aumento de la edad de jubilación para adaptarla a la nueva esperanza de vida.

l Salarios. Vinculación de los salarios a la productividad.

l Mercado de trabajo. Flexibilización del mercado de trabajo incentivando la contratación y formación permanente con una rebaja fiscal.

l Sector financiero. Vigilancia de la solvencia del sector financiero con medidas comunes de fiscalidad y lucha contra el fraude.

l Déficit. Control del déficit a través de objetivos establecidos en leyes nacionales o, incluso, en la Constitución.

l Pensiones. Sostenibilidad de las cuentas públicas a través de una reforma del sistema de pensiones y de protección social.

l Deuda pública. Control del endeudamiento para que la deuda pública no supere el 60 % del PIB, que es el tope marcado por los tratados europeos.

l Compromisos anuales. Asunción, a nivel nacional, de compromisos anuales cuyo cumplimiento los países deben justificar doce meses después ante el resto de socios europeos y ante la Comisión Europea.