Barcelona. Los indignados de Barcelona protagonizaron ayer violentos incidentes, con insultos y ataques a diputados al tratar de impedirles el acceso al Parlament, en unas acciones que generaron duras críticas de la clase política, pero también de parte del propio movimiento reivindicativo 15-M.
Horas después de los incidentes de la mañana, que se saldaron con 36 heridos leves y seis detenidos, unas 500 personas se reunieron en asamblea ante la puerta del parque de la Ciutadella, donde se encuentra la sede parlamentaria, para ratificar la apuesta por la vía pacífica y criticaron a los que agredieron a diputados. Estos hechos propiciaron que el presidente catalán, Artur Mas (que debió acceder al Parlament en helicóptero), amenazase con hacer uso "legítimo" de la violencia contra quienes durante toda la mañana bloquearon el acceso al Legislativo, y también que desde el Gobierno central se advirtiese a los indignados que "hay unas líneas rojas" que no se pueden traspasar. Lo hizo el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, pero se contuvo mucho respecto a lo que le exigían desde el PP. Así, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón que exigió a Zapatero y a Rubalcaba que "pongan fin a la situación que están generando los indignados".
los hechos Los incidentes comenzaron ayer a la mañana cuando varios cientos de jóvenes indignados se concentraron a las puertas del Parlament, donde comenzaba el debate de los Presupuestos, y rodearon a algunos de ellos, les insultaron y les mancharon con pintura. Ante estas acciones las dotaciones de Mossos d'Escuadra cargaron contra los concentrados que, no obstante, ni abandonaron el entorno y consiguieron retrasar diez minutos el inicio del pleno. Además, estos incidentes obligaron a alterar el orden del día para aplazar la sesión de control al Govern hasta la tarde.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, la presidenta del Parlament, Nuria de Gispert, y otros diputados evitaron el encuentro con los indignados al trasladarse en helicóptero a la cámara catalana.
Uno de los aforados más afectados por el lanzamiento de pintura fue el diputado de ICV y exsecretario general de Interior, Joan Boada, quien fue alcanzado en la nuca por un globo con pintura. La exconsellera del PSC Montserrat Tura, también fue objeto de las iras de los indignados que le pintaron una cruz negra en la gabardina, mientras que la también exconsellera socialista Marina Geli, optó por utilizar un vehículo policial para llegar a la Cámara.
Hacia las 11.20 horas, cuando los concentrados comprobaron que los diputados habían logrado finalmente acceder al Parlament, unos 500 indignados concentrados en el acceso al parque de la Ciutadella, donde permanecieron hasta el final de la sesión (18,30 horas) y desde donde se fueron a la Plaza San Jaume donde, finalmente, se disolvieron.