Vitoria. Las primeras consecuencias del revés propiciado por el Tribunal Supremo a la coalición Bildu ha desdoblado el foco mediático entre el Constitucional, que antes de la medianoche de mañana deberá pronunciarse sobre el recurso presentado por la incipiente formación, y la nueva relación -o ausencia de ella- que se abre entre el PNV y el Gobierno español tras la suspensión del "apoyo y colaboración" jeltzale ante "nuevas iniciativas" del Gabinete Zapatero.
En este segundo apartado, los socialistas volcaron ayer su arsenal dialéctico en criticar o minimizar la postura adoptada por el Euzkadi Buru Batzar. Y es que la división de opiniones entre miembros de un mismo partido es notable si los mismos manejan las claves electorales vascas u ofrecen una versión desde la perspectiva de Estado que obliga su condición de gobernantes con necesidades de apoyo en Madrid.
Desde la llegada de Zapatero a la Moncloa, PSOE y PNV han sabido hacer de la necesidad virtud para satisfacer sus prioridades negociadoras en forma de estabilidad presupuestaria en las arcas del Estado o en forma de transferencias para Euskadi, en lo que respecta a las demandas peneuvistas. Ferraz no quiere perder este aliado que, entre otras cosas, permitió a Zapatero -el propio presidente llamó la misma noche del lunes a Urkullu- sacar adelante las Cuentas correspondientes al presente ejercicio y evitar así un adelanto electoral que hubiera supuesto la tumba política del líder socialista y de su Gobierno.
Así las cosas, el aspirante que a priori cuenta con más posibilidades de sustituir a Zapatero en la pugna por la Presidencia del Ejecutivo español, Alfredo Pérez Rubalcaba, actuó de altavoz del Gobierno en calidad de vicepresidente primero para intentar minimizar el plantón jeltzale y buscar nuevas vías de comunicación. Como muestra de sus intenciones, y lejos de dar por zanjadas las relaciones con el PNV, el también ministro del Interior aseguró ayer que va a "intentar acentuar" el diálogo que mantiene con los compañeros de partido de Iñigo Urkullu en un esfuerzo por "mantener al máximo la unidad".
Rubalcaba achaca el distanciamiento del PNV a discrepancias en los ritmos para conseguir acabar con el conflicto vasco y recuperar la normalización política en Euskadi. "Hay quien quiere ir más deprisa y hay quienes pensamos que se debe ir más despacio, tentándonos mucho la ropa", explicó de forma gráfica el ministro.
El mensaje del PSOE sigue las directrices del Gobierno y busca evitar que suenen las alarmas. El portavoz en el Congreso, José Antonio Alonso, recordó en esta misma línea que la decisión del PNV no va a alterar los acuerdos adoptados hasta ahora y donde se mantiene firme el compromiso de ambas partes. Además, en otro claro intento por templar gaitas invocó a la "lealtad" demostrada por los jeltzales para que completen al menos el presente ejercicio en idéntica tónica a la experimentada hasta la fecha.
De muy diferente forma han encajado los socialistas vascos la contundente reacción del PNV. El PSE enmarca esta decisión en un intento jeltzale por apropiarse de los votos que supuestamente irían a parar a los caladeros abertzales ubicados en Bildu, una apuesta para la que Urkullu y sus compañeros de partido "necesitan ejercer de salvador" de la coalición "poniéndose al frente de la manifestación del abertzalismo para captar su electorado". Así de elocuente se mostró el portavoz del partido en la CAV, José Antonio Pastor, quien aseguró que la formación socialista "no va a hacer con las sentencias de los tribunales campañas de agitación y propaganda contra el estado de derecho y el sistema democrático como está haciendo el PNV". En este misma línea, el propio lehendakari, Patxi López, también valoró en una intervención destinada a realizar balance de sus dos primeros años de legislatura la postura nacionalista y censuró al PNV por adoptar "el papel de víctima" y aprovechar la sentencia contraria a Bildu para solicitar de forma "desesperada" el voto del electorado afín a esta corriente. Desde las filas aludidas, el presidente del Bizkai Buru Batzar, Andoni Ortuzar, había señalado horas antes en Radio Euskadi que su partido pedirá no sólo el sufragio para el PNV, "sino también para cualquier opción que suponga frenar esa trampa electoral" que achaca a los intentos de PSE y PP por dejar fuera de juego a la izquierda abertzale y reforzar así el valor de la unión de sus votos.
Ortuzar censuró a Zapatero por carecer de "valentía para hacer un camino propio" e insistió en que el PSOE debe elegir entre PNV o PP para completar de forma conjunta el camino hacia la pacificación y la normalización política. "El seguidismo" de los populares es "incompatible con querer pactar con el PNV", enfatizó el líder jeltzale.
En relación a la posibilidad de que se organice algún tipo de plante si Bildu no puede concurrir a los comicios, el dirigente nacionalista rechazó esta posibilidad y añadió que no se debe dar "mayor gravedad" a la situación y, "por protestar por un mal hacer, un mal mayor".