Vitoria. Casi tres días. Éste es el tiempo que ha necesitado Sortu para romper su silencio y valorar el tiroteo que se saldó con un gendarme herido y dos presuntos terroristas más detenidos. Sin embargo, tras conocerse las valoraciones hechas por las otras patas llamadas a sustentar la aventura de suma que abandera la coalición Bildu, la nota que hicieron pública ayer los promotores de esta nueva marca dejó en el aire más incógnitas que las que despejó, dibujando los perfiles de una reprobación que resultó más similar a la de Bildu que a la de la izquierda abertzale que la respalda.
Por medio de un comunicado, Sortu bebió de sus estatutos para reiterar su "rechazo inequívoco y ético al uso de todo tipo de violencia, incluyendo la de ETA y cualquier otra realizada con motivos políticos". Asimismo, reconoció la "innegable gravedad" de los hechos y emplazó a ETA a "adoptar las medidas necesarias" para que no se vuelva a repetir ningún otro hecho "de naturaleza violenta". Pero su tono denotaba una rebaja de un par de grados respecto a la crítica a ETA que había hecho la víspera la misma izquierda abertzale que impulsa esta nueva marca, que no había dudado en reprochar a la organización que dos de sus militantes hubieran protagonizado un hecho "incomprensible", "inaceptable" e incompatible con un alto el fuego.
Diferencias, ¿de "literaturas"? A pesar de que los líderes de EA y Alternatiba se esforzaban ya el lunes en transmitir que estas diferencias de "literaturas" debían verse como algo normal, inherente a la personalidad propia de cada uno de los partidos que integran la suma que abandera Bildu, la comparación entre lo dicho por quienes aspiran a compartir discurso y proyecto era inevitable. Tanto como comprobar las carencias que mostró la declaración de Sortu frente a la que hizo la víspera la izquierda abertzale tradicional en dos textos que por otra parte coincidían en algunos pasajes palabra por palabra.
El fondo del mensaje era el mismo: "rechazo" de unos hechos "graves", y llamamiento a ETA para que evite que sus activistas protagonicen ningún otro "hecho de naturaleza violenta", y al Gobierno para que contribuya a la "nueva era abierta" dando pasos en la vía de la distensión.
Pero lo más desconcertante en esta sucesión de posicionamientos en la que los actuales integrantes de Bildu -EA y Alternatiba- se vieron superados el lunes por la claridad y contundencia mostrada precisamente por la izquierda abertzale que tradicionalmente se ha resistido a criticar a ETA, es que Sortu, que es quien está pendiente de ganar el pulso de la legalización a los más férreos defensores de la Ley de Partidos, no incluyera ayer algunas de las principales exigencias que la izquierda abertzale tradicional sí planteó a la organización terrorista, como que emita un comunicado en el que aclare lo sucedido y "ratifique su compromiso con el alto el fuego".
En este sentido, Sortu sí incidió ayer en la importancia que tendría su propia legalización para contribuir a la paz -algo que la izquierda abertzale no citó expresamente-, pero sobre el alto el fuego, ni palabra.
Las principales cabezas visibles de Bildu comparecerán hoy en Vitoria para analizar la actualidad política; una ocasión más que propicia para que arrojen luz sobre este confuso torbellino generado por la primera interferencia generada por ETA en su incipiente proyecto de suma.